Comprados por Dios
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y eterno peso de gloria nos será otorgado como premio cuando
hayamos terminado la carrera. “Nosotros—dice el apóstol—una
incorruptible”.
Y si los que se empeñan en una carrera terrenal para recibir
una corona temporal podían ser templados en todas las cosas, ¿no
podemos serlo nosotros, que tenemos en vista una corona incorrup-
tible, un eterno peso de gloria y una vida que se compara con la
de Dios? Ya que tenemos este gran incentivo, ¿no podemos correr
“con paciencia la carrera que nos es propuesta, puestos los ojos en el
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autor y consumador de la fe, en Jesús”?
Hebreos 12:1-2
. El nos ha
indicado el camino y ha señalado todo el trayecto con sus pisadas.
Es la senda que él ha recorrido, y podemos experimentar con él la
abnegación y el sufrimiento, y andar en esa senda señalada por su
propia sangre.