Página 84 - Consejos Sobre la Salud (1989)

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Consejos Sobre la Salud
ducen en él otros venenos peores en su afán por acabar con el que
está adentro.
Si cada familia se diera cuenta de los beneficios que se derivan
de observar una limpieza estricta, realizarían esfuerzos denodados
para quitar cada impureza tanto de su cuerpo como de su casa, y
harían extensivos sus esfuerzos aun a sus alrededores. Mucha gente
permite que en los patios de sus casas haya restos de vegetales en
descomposición. Estas personas desconocen lo perjudiciales que
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son estas inmundicias. Estas sustancias en descomposición despiden
constantemente olores que envenenan el aire. Y cuando se respira
el aire impuro, la sangre se envenena, se afectan los pulmones,
y todo el sistema se enferma. Un sinnúmero de enfermedades se
pueden producir al respirar esa atmósfera afectada por materias en
descomposición.
Hay familias que se han enfermado y han muerto algunos de sus
miembros; y los sobrevivientes han murmurado contra su Hacedor
por causa de sus aflicciones, sin darse cuenta que ellos mismos ha-
bían sido los responsables de sus enfermedades y muertes a causa
de sus propios descuidos. Las impurezas de sus propios ambientes
han acarreado sobre ellos las enfermedades contagiosas y demás
aflicciones que los han inducido hasta a culpar a Dios. Toda fami-
lia que valora la salud debe limpiar sus casas y sus alrededores y
mantenerlos libres de toda clase de substancias en descomposición.
Dios le ordenó al pueblo de Israel que nunca permitiera en el
campamento a personas impuras ni con vestidos sucios. Los que
mostraban alguna impureza personal eran echados del campamento
hasta la tarde, y se les exigía que se limpiaran y que lavaran sus
ropas antes de entrar de nuevo en él. Dios también les ordenó que
mantuvieran sus terrenos libres de inmundicias, hasta una gran dis-
tancia del campamento, porque el Señor pasaría por el campo, no
fuera que viera alguna basura.
En asuntos de limpieza, Dios no requiere menos de nosotros
ahora, de lo que requirió del antiguo Israel. El descuido de la limpie-
za acarreará enfermedad. La enfermedad y la muerte prematura no
llegan sin causa. Fiebres persistentes y enfermedades contagiosas
prevalecen en algunos vecindarios y aldeas que antes se considera-
ban saludables; algunos han muerto y otros han quedado inválidos
para toda la vida. En muchos casos el agente de la destrucción se