Página 51 - De la Cuidad al Campo (1977)

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Un pedazo de tierra y un hogar cómodo
“Se ha de hacer que la tierra rinda su productividad; con todo, sin
la bendición de Dios no podría, de suyo, hacer nada. En el principio
Dios contempló todo lo que había hecho y dijo que era bueno en
gran manera. A consecuencia del pecado la tierra fue maldita. Pero,
¿ha de multiplicarse esta maldición por el aumento del pecado?
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La ignorancia está haciendo su obra funesta. Siervos perezosos
están acrecentando el mal a causa de sus hábitos ociosos. Muchos
no están dispuestos a ganarse el pan con el sudor de su frente y
se niegan a cultivar la tierra. Pero la tierra oculta bendiciones en
sus profundidades para los que tienen el valor, la voluntad y la
perseverancia para recoger sus tesoros. Los padres y las madres que
poseen un pedazo de tierra y un hogar cómodo son reyes y reinas.
“Muchos agricultores no han obtenido utilidades proporcionadas
de sus tierras debido a que emprendieron ese trabajo como si fuese
una ocupación degradante; no ven que hay en él una bendición para
sí mismos y para sus familias. Todo lo que pueden discernir es un
estigma de servidumbre. Sus huertos son descuidados, las mieses no
se almacenan en el momento debido, y se hace un trabajo superficial
en el cultivo de la tierra”.—
La Educación, 348, 349 (1894)
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