Consejo y advertencia a los que se proponen salir de
las ciudade
“Hermano mío, su carta me dice que en Battle Creek hay muchos
que están decididos a salir de ese lugar. Existe una gran necesidad
de que ahora se lleve a cabo tal cosa. Los que por fin han decidido
salir, que no lo hagan en forma apresurada como respuesta a un
movimiento de agitación, en forma imprudente, o de un modo tal que
después tengan que arrepentirse profundamente de haber salido...
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“No deben realizarse movimientos imprudentes motivados por
el consejo de salir de Battle Creek. No hagáis nada sin buscar la
sabiduría de Dios, quien ha prometido darla liberalmente a todos los
que se la pidan, sin reconvenir a nadie. Todo lo que se puede hacer
es aconsejar e informar, y luego dejar a los que están convencidos
acerca de cuál es su deber que actúen bajo la dirección divina y
enteramente dispuestos a conocer a Dios y a obedecerle.
“Me siento preocupada cuando considero que puede ser que haya
incluso algunos de nuestros profesores que necesitan el equilibrio
proporcionado por el juicio sólido. Los mensajeros que llevan el
mensaje de la misericordia a nuestro mundo, que cuentan con la
confianza del pueblo, serán buscados como consejeros. Aquellos
hombres que no poseen una experiencia en la vida práctica, deben
actuar con mucho cuidado porque corren el riesgo de aconsejar sin
saber lo que sus consejos pueden inducir a otros a llevar a cabo.
Comunicación escrita el 22 de diciembre de 1893, en respuesta a una carta enviada
por un dirigente de Battle Creek en la que informaba a la Sra. White que, en respuesta a
la amonestación según la cual nuestro pueblo debía salir de Battle Creek, “entre cien y
doscientos” se estaban preparando para salir “tan pronto como les fuera posible”.—
Los
compiladores
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