Página 197 - El Deseado de Todas las Gentes (1955)

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Capítulo 23—“El reino de Dios está cerca”
“Jesús vino a Galilea predicando el evangelio del reino de Dios,
y diciendo: El tiempo es cumplido, y el reino de Dios está cerca:
arrepentíos, y creed al evangelio.
La venida del Mesías había sido anunciada primeramente en
Judea. En el templo de Jerusalén, el nacimiento del precursor había
sido predicho a Zacarías mientras oficiaba ante el altar. En las coli-
nas de Belén, los ángeles habían proclamado el nacimento de Jesús.
A Jerusalén habían acudido los magos a buscarle. En el templo,
Simeón y Ana habían atestiguado su divinidad. Jerusalén y toda
Judea habían escuchado la predicación de Juan el Bautista; y tanto
la diputación del Sanedrín como la muchedumbre habían oído su
testimonio acerca de Jesús. En Judea, Cristo había reclutado sus
primeros discípulos. Allí había transcurrido gran parte de los co-
mienzos de su ministerio. La manifestación de su divinidad en la
purificación del templo, sus milagros de sanidad y las lecciones de
divina verdad que procedían de sus labios, todo proclamaba lo que
después de la curación del paralítico en Betesda había declarado
ante el Sanedrín: su filiación con el Eterno.
Si los dirigentes de Israel hubiesen recibido a Cristo, los habría
honrado como mensajeros suyos para llevar el Evangelio al mundo.
A ellos fué dada primeramente la oportunidad de ser heraldos del
reino y de la gracia de Dios. Pero Israel no conoció el tiempo de
su visitación. Los celos y la desconfianza de los dirigentes judíos
maduraron en abierto odio, y el corazón de la gente se apartó de
Jesús.
El Sanedrín había rechazado el mensaje de Cristo y procuraba
su muerte; por tanto, Jesús se apartó de Jerusalén, de los sacerdotes,
del templo, de los dirigentes religiosos, de la gente que había sido
instruída en la ley, y se dirigió a otra clase para proclamar su mensaje,
y congregar a aquellos que debían anunciar el Evangelio a todas las
naciones.
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