Página 196 - El Deseado de Todas las Gentes (1955)

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El Deseado de Todas las Gentes
escondida con Cristo en Dios.
Se regocijó por haber causado
pesar a Cristo; pero no había logrado vencer a Juan. La misma
muerte le puso para siempre fuera del alcance de la tentación. En
su guerra, Satanás estaba revelando su carácter. Puso de manifiesto,
delante del universo que la presenciaba, su enemistad hacia Dios y
el hombre.
Aunque ninguna liberación milagrosa fué concedida a Juan, no
fué abandonado. Siempre tuvo la compañía de los ángeles celestiales,
que le hacían comprender las profecías concernientes a Cristo y las
preciosas promesas de la Escritura. Estas eran su sostén, como iban
a ser el sostén del pueblo de Dios a través de los siglos venideros.
A Juan el Bautista, como a aquellos que vinieron después de él, se
aseguró: “He aquí, yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin
del mundo.
[197]
Dios no conduce nunca a sus hijos de otra manera que la que
ellos elegirían si pudiesen ver el fin desde el principio, y discernir
la gloria del propósito que están cumpliendo como colaboradores
suyos. Ni Enoc, que fué trasladado al cielo, ni Elías, que ascendió
en un carro de fuego, fueron mayores o más honrados que Juan el
Bautista, que pereció solo en la mazmorra, “A vosotros es concedido
por Cristo, no sólo que creáis en él, sino también que padezcáis
por él.
Y de todos los dones que el Cielo puede conceder a los
hombres, la comunión con Cristo en sus sufrimientos es el más grave
cometido y el más alto honor.
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2 Crónicas 34
;
Nehemías 8, 9
.
Juan 1:29, 27
.
Isaías 61:1, 2
.
1 Reyes 19:11, 12
.
Lucas 1:15
.
Juan 10:41
.
V. M.
Proverbios 20:1
;
Isaías 59:14, 15
.
Deuteronomio 28:65-67
.
Mateo 3:3
.
Colosenses 3:3
.
Mateo 28:20
.
Filipenses 1:29
.