Página 250 - El Deseado de Todas las Gentes (1955)

Basic HTML Version

246
El Deseado de Todas las Gentes
perecerá de la ley.” Así que mientras duren los cielos y la tierra, el
sábado continuará siendo una señal del poder del Creador. Cuando
el Edén vuelva a florecer en la tierra, el santo día de reposo de Dios
será honrado por todos los que moren debajo del sol. “De sábado en
sábado,” los habitantes de la tierra renovada y glorificada, subirán
“a adorar delante de mí, dijo Jehová.
Ninguna otra institución confiada a los judíos propendía tan
plenamente como el sábado a distinguirlos de las naciones que los
rodeaban. Dios se propuso que su observancia los designase como
adoradores suyos. Había de ser una señal de su separación de la
idolatría, y de su relación con el verdadero Dios. Pero a fin de
santificar el sábado, los hombres mismos deben ser santos. Por la
fe, deben llegar a ser partícipes de la justicia de Cristo. Cuando fué
dado a Israel el mandato: “Acordarte has del día del reposo, para
santificarlo,” el Señor también les dijo: “Habéis de serme varones
santos.
Únicamente en esa forma podía el sábado distinguir a los
israelitas como adoradores de Dios.
Al apartarse los judíos de Dios, y dejar de apropiarse la justicia
de Cristo por la fe, el sábado perdió su significado para ellos. Satanás
estaba tratando de exaltarse a sí mismo, y de apartar a los hombres de
Cristo, y obró para pervertir el sábado, porque es la señal del poder
de Cristo. Los dirigentes judíos cumplían la voluntad de Satanás
rodeando de requisitos pesados el día de reposo de Dios. En los días
de Cristo, el sábado había quedado tan pervertido, que su observancia
reflejaba el carácter de hombres egoístas y arbitrarios, más bien que
el carácter del amante Padre celestial. Los rabinos representaban
virtualmente a Dios como autor de leyes cuyo cumplimiento era
imposible para los hombres. Inducían a la gente a considerar a Dios
como un tirano, y a pensar que la observancia del sábado, que él
les exigía, hacía a los hombres duros y crueles. Era obra de Cristo
disipar estos conceptos falsos. Aunque los rabinos le perseguían
con una hostilidad implacable, ni siquiera aparentaba conformarse a
sus requerimientos, sino que seguía adelante, observando el sábado
[251]
según la ley de Dios.
Cierto sábado, mientras el Salvador y sus discípulos volvían del
lugar de culto, pasaron por un sembrado que estaba madurando.
Jesús había continuado su obra hasta hora avanzada, y mientras
pasaba por los campos, los discípulos empezaron a juntar espigas y a