Página 278 - El Deseado de Todas las Gentes (1955)

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El Deseado de Todas las Gentes
vencer. Hecho “en semejanza de carne de pecado,
vivió una vida
sin pecado. Ahora, por su divinidad, echa mano del trono del cielo,
mientras que por su humanidad llega hasta nosotros. El nos invita
a obtener por la fe en él la gloria del carácter de Dios. Por lo tanto,
hemos de ser perfectos, como nuestro “Padre que está en los cielos
es perfecto.”
Jesús había demostrado en qué consiste la justicia, y había se-
ñalado a Dios como su fuente. Ahora encaró los deberes prácticos.
Al dar limosna, al orar, al ayunar, dijo él, no debe hacerse nada para
atraer la atención o provocar alabanzas. Dad con sinceridad, para
beneficiar a los pobres que sufren. Al orar, póngase el alma en co-
munión con Dios. Al ayunar, no andéis con la cabeza inclinada y
el corazón lleno de pensamientos relativos al yo. El corazón del
fariseo es un suelo árido e infructuoso, en el cual ninguna simiente
de vida divina puede crecer. El que más completamente se entrega a
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Dios es el que le rendirá el servicio más aceptable. Porque mediante
la comunión con Dios, los hombres llegarán a colaborar con él en
cuanto a presentar su carácter a la humanidad.
El servicio prestado con sinceridad de corazón tiene gran recom-
pensa. “Tu Padre que ve en secreto, te recompensará en público.” Por
la vida que vivimos mediante la gracia de Cristo se forma el carácter.
La belleza original empieza a ser restaurada en el alma. Los atributos
del carácter de Cristo son impartidos, y la imagen del Ser divino
empieza a resplandecer. Los rostros de los hombres y mujeres que
andan y trabajan con Dios expresan la paz del cielo. Están rodeados
por la atmósfera celestial. Para esas almas, el reino de Dios empezó
ya. Tienen el gozo de Cristo, el gozo de beneficiar a la humanidad.
Tienen la honra de ser aceptados para servir al Maestro; se les ha
confiado el cargo de hacer su obra en su nombre.
“Ninguno puede servir a dos señores.” No podemos servir a Dios
con un corazón dividido. La religión de la Biblia no es una influencia
entre muchas otras; su influencia ha de ser suprema, impregnando
y dominando todo lo demás. No ha de ser como un reflejo de color
aplicado aquí y allá en la tela, sino que ha de impregnar toda la vida,
como si la tela fuese sumergida en el color, hasta que cada hilo de
ella quede teñido por un matiz profundo e indeleble.
“Así que, si tu ojo fuere sincero, todo tu cuerpo será luminoso:
mas si tu ojo fuere malo, todo tu cuerpo será tenebroso.” La pureza