Página 504 - El Deseado de Todas las Gentes (1955)

Basic HTML Version

Capítulo 61—Zaqueo
Este capítulo está basado en Lucas 19:1-10.
En camino a Jerusalén, “habiendo entrado Jesús, iba pasando por
Jericó.” A pocas millas del Jordán, en la orilla occidental del valle
que se extiende allí formando una llanura, descansaba la ciudad en
medio de una vegetación tropical, exuberante de hermosura. Con
sus palmeras y ricos jardines regados por manantiales, brillaba como
una esmeralda en el marco de colinas de piedra caliza y desoladas
barrancas que se interponían entre Jerusalén y la ciudad de la llanura.
Muchas caravanas en camino a la fiesta pasaban por Jericó.
Su arribo era siempre una ocasión festiva, pero ahora un interés
más profundo excitaba al pueblo. Se sabía que el Rabino galileo
que poco antes había resucitado a Lázaro estaba en la multitud; y
aunque abundaban los susurros acerca de las maquinaciones de los
sacerdotes, las muchedumbres anhelaban rendirle homenaje.
Jericó era una de las ciudades apartadas antiguamente para los
sacerdotes, y a la sazón un gran número de ellos residía allí. Pero la
ciudad tenía también una población de un carácter muy distinto. Era
un gran centro de tráfico, y había allí oficiales y soldados romanos,
y extranjeros de diferentes regiones, a la vez que la recaudación
de los derechos de aduana la convertía en la residencia de muchos
publicanos.
“El principal de los publicanos,” Zaqueo, era judío, pero detes-
tado por sus compatriotas. Su posición y fortuna eran el premio de
una profesión que ellos aborrecían y a la cual consideraban como
sinónimo de injusticia y extorsión. Sin embargo, el acaudalado fun-
cionario de aduana no era del todo el endurecido hombre de mundo
que parecía ser. Bajo su apariencia de mundanalidad y orgullo, ha-
bía un corazón susceptible a las influencias divinas. Zaqueo había
oído hablar de Jesús. Se habían divulgado extensamente las noticias
referentes a uno que se había comportado con bondad y cortesía
[507]
para con las clases proscritas. En este jefe de los publicanos se había
500