Página 520 - El Deseado de Todas las Gentes (1955)

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Capítulo 63—Tu rey viene
Este capítulo está basado en Mateo 21:1-11; Marcos 11:1-10; Lucas
19:29-44; Juan 12:12-19.
“Alégrate mucho, hija de Sión; da voces de júbilo, hija de Je-
rusalem: he aquí, tu rey vendrá a ti, justo y salvador, humilde, y
cabalgando sobre un asno, así sobre un pollino hijo de asna.
Quinientos años antes del nacimiento de Cristo, el profeta Za-
carías predijo así la venida del Rey de Israel. Esta profecía se iba a
cumplir ahora. El que siempre había rechazado los honores reales
iba a entrar en Jerusalén como el prometido heredero del trono de
David.
Fué en el primer día de la semana cuando Cristo hizo su entra-
da triunfal en Jerusalén. Las multitudes que se habían congregado
para verle en Betania le acompañaban ansiosas de presenciar su
recepción. Mucha gente que iba en camino a la ciudad para observar
la Pascua se unió a la multitud que acompañaba a Jesús. Toda la
naturaleza parecía regocijarse. Los árboles estaban vestidos de ver-
dor y sus flores comunicaban delicada fragancia al aire. Nueva vida
y gozo animaban al pueblo. La esperanza del nuevo reino estaba
resurgiendo.
Como quería entrar cabalgando en Jerusalén, Jesús había enviado
a dos de sus discípulos para que le trajesen una asna y su pollino. Al
tiempo de su nacimiento, el Salvador dependió de la hospitalidad de
los extraños. El pesebre en el cual yaciera era un lugar de descanso
prestado. Y ahora, aunque le pertenecían los millares de animales en
los collados, dependía de la bondad de un extraño para conseguir un
animal en el cual entrar en Jerusalén como su Rey. Pero de nuevo su
divinidad se reveló, aun en las detalladas indicaciones dadas a sus
discípulos respecto a su diligencia. Según lo predijo, la súplica: “El
Señor los ha menester” fué atendida de buena gana. Jesús escogió
para su uso un pollino sobre el cual nunca se había sentado nadie.
Con alegre entusiasmo, los discípulos extendieron sus vestidos sobre
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