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La Educación Cristiana
Y hay personas que, habiendo obtenido esta educación mun-
dana, creen que pueden introducirla en nuestras escuelas. Existe
el constante peligro de que los que trabajan en nuestras escuelas
y sanatorios alberguen la idea de que deben ponerse a la par del
mundo, estudiar las cosas que el mundo estudia, y familiarizarse con
las cosas comunes para el mundo. Cometeremos graves errores a
menos que dediquemos especial atención al estudio de la Palabra.
En nuestras escuelas la Biblia no debe introducirse entre enseñanzas
de la incredulidad. Debe ser el fundamento y la materia principal de
la educación. Es verdad que sabemos mucho más de esta Palabra
de lo que sabíamos en lo pasado, pero tenemos todavía mucho que
aprender.—
Consejos para los Maestros Padres y Alumnos, 16, 17
.
* * * * *
Satanás trabaja por hacer vana la oración de Cristo. Hace cons-
tantes esfuerzos por crear amargura y discordia; pues donde hay
unión, hay fuerza; una unidad que todas las potestades del infierno
no pueden quebrantar. Todos los que ayuden a los enemigos de Dios
acarreando sobre su pueblo debilidad, tristeza y desaliento por medio
de sus propias maneras y temperamentos perversos, están obrando
directamente en contra de la oración de Cristo.
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