Nuestra responsabilidad
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“Bástate mi gracia” (
2 Corintios 12:9
), es la promesa del gran Maes-
tro. Si no le tenéis en cuenta, ni buscáis su ayuda, vuestra tarea es
verdaderamente desesperada. Pero, en su sabiduría y fuerza, podéis
alcanzar noblemente el éxito.—
Consejos para los Maestros Padres y
Alumnos, 157-159
.
* * * * *
Ha de hacerse uso de especial ingenio en la educación de los
pequeñuelos. Muchos poaran poner alto el pesebre y dar de comer a
las ovejas; pero es cosa mucho más difícil colocarlo bajo y dar de
comer a los corderos. Esta es una lección que los maestros primarios
tienen que aprender.
* * * * *
El ojo de la mente tiene que ser educado, o de lo contrario el
niño hallará placer en contemplar el mal.
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Los maestros debieran mezclarse a veces en los entretenimientos
y juegos de los niños y enseñarles cómo jugar. De esta manera
podrán reprimir los sentimientos y acciones enojosos, al parecer
sin criticar o censurar. Este compañerismo ligará los corazones de
maestros y alumnos, y la escuela será un deleite para todos.
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