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Capítulo 22—¿Qué deben leer nuestros hijos?
¿Que deben leer nuestros hijos? Esta es una pregunta seria, una
pregunta que requiere una respuesta seria. Me acongoja el ver en
las familias observadoras del sábado, periódicos y diarios que con-
tienen folletines que no dejan buenas impresiones en las mentes de
los niños y jóvenes. He observado a los que han desarrollado un
gusto por los relatos ficticios. Tuvieron el privilegio de escuchar
la verdad y familiarizarse con las razones de nuestra fe; pero han
llegado a los años maduros privados de piedad verdadera y práctica.
No manifiestan devoción, no reflejan luz celestial sobre aquellos a
quienes tratan, para conducirlos a la fuente de todo conocimiento
verdadero.
Durante los primeros años de la vida de un niño su mente es más
susceptible a las impresiones buenas o malas. Durante esos años
hace progreso decidido en la buena dirección o en la mala. Por un
lado, se puede obtener mucha información sin valor; por otro lado,
mucho conocimiento sólido y valioso. La fuerza del intelecto, el
conocimiento sólido, son posesiones que no puede comprar el oro
de Ophir. Su precio supera al del oro o de la plata.
La clase de educación que hará idóneos a los jóvenes para la
vida práctica, no es la que eligen comúnmente. Ellos insisten en sus
deseos, sus gustos y aversiones, sus preferencias e inclinaciones;
pero si sus padres tienen una visión correcta de Dios, de la verdad y
de las influencias y compañías que deben rodear a sus hijos, sentirán
que sobre ellos descansa la responsabilidad confiada por Dios de
guiar cuidadosamente a los jóvenes inexpertos.
Muchos jóvenes anhelan tener libros. Leen cualquier cosa que
pueden obtener. Apelo a los padres de los tales niños para que
controlen su deseo de lectura. No permitan que sobre sus mesas
haya revistas y diarios que contengan historias de amor. Deben
reemplazarlas con libros que ayuden a los jóvenes a incluir en el
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edificio de su carácter el mejor material: el amor y el temor de Dios,
el conocimiento de Cristo. Estimulad a vuestros hijos a almacenar
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