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El valor del estudio de la Biblia
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obediencia a la verdad. Son elegidos para que lleven la cruz si
quieren ceñir la corona.
La Biblia es la única regla de fe y doctrina. Y no hay nada más
a propósito para vigorizar la mente y fortalecer el intelecto que el
estudio de la Palabra de Dios. No hay otro libro que sea tan poderoso
para elevar los pensamientos y dar vigor a las facultades como las
vastas y ennoblecedoras verdades de la Biblia. Si se estudiara la
Palabra de Dios como es debido, los hombres tendrían una grandeza
de entendimiento, una nobleza de carácter y una firmeza de propósito
que rara vez se ven en. estos tiempos. Millares de hombres que
ministran en el púlpito carecen de las cualidades esenciales de la
mente y del carácter, debido a que no se aplican al estudio de las
Escrituras. Se conforman con un conocimiento superficial de las
verdades que están llenas de ricas profundidades de significado; y
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prefieren seguir así, perdiendo mucho en todo sentido, más bien que
buscar con diligencia el tesoro oculto.
La búsqueda de la verdad recompensará a cada paso al investi-
gador, y cada descubrimiento le proporcionará campos más ricos de
investigación. Los hombres se transforman de acuerdo con aquello
que contemplan. Si pensamientos y asuntos triviales ocupan la aten-
ción, el hombre será trivial. Si es tan negligente que no logra más
que una comprensión superficial de la verdad de Dios, no recibirá
las ricas bendiciones que Dios quisiera conferirle. Es una ley de la
inteligencia que ésta se empequeñezca o se ensanche en proporción
a aquello con que se familiarice. Las facultades mentales se con-
traerán seguramente y perderán su capacidad para comprender los
profundos significados de la Palabra de Dios a menos que sean pues-
tas a la tarea de escudriñar la verdad, vigorosa y persistentemente.
La mente se ensanchará si se emplea en investigar la relación de los
temas de la Biblia, comparando pasaje con pasaje y lo espiritual con
lo espiritual. Id más abajo que la superficie; los más ricos tesoros
del pensamiento aguardan al estudiante hábil y diligente.
Aquellos que están enseñando el mensaje más solemne que al-
guna vez se diera al mundo, deben disciplinar la mente para que
comprenda su significado. El tema de la redención resistirá el es-
tudio más concentrado y su profundidad no será jamás explorada
completamente. No tenéis por qué temer que agotaréis este maravi-
lloso tema. Bebed profundamente del pozo de salvación. Id vosotros