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La Educación Cristiana
hacerles ver el peligro de proceder así y la necesidad de ser regidos
por principios buenos.
Los niños con frecuencia empiezan un trabajo con entusiasmo,
pero cuando están perplejos o cansados, desean cambiar, y ocuparse
en algo nuevo. De ese modo echarán mano de varias cosas, tropeza-
rán con un pequeño desaliento, y las abandonarán, pasando así de
una cosa a otra sin perfeccionarse en nada. Los padres no deberían
permitir que el amor a la variación rigiera a sus hijos. No deberían
estar tan ocupados con otras cosas que no tuviesen tiempo de disci-
plinar pacientemente las mentes en desarrollo. Unas pocas palabras
de estímulo o una pequeña ayuda en el debido tiempo pueden ha-
cerlos sobreponerse al desánimo, y la satisfacción que les producirá
el ver terminada la tarea que emprendieron, los incitará a mayores
esfuerzos.
Muchos niños, por falta de palabras de aliento y una pequeña
ayuda en sus esfuerzos, se descorazonan y cambian de una cosa a
otra. Y llevan este funesto defecto con ellos en la edad madura. No
logran éxito en ninguna cosa en que se ocupan porque no se les
enseñó a perseverar en circunstancias desalentadoras. Así, toda la
vida de muchos es un fracaso, por cuanto no tuvieron una disciplina
correcta en su juventud. La educación que recibieron en la infancia y
la juventud afecta toda su carrera en la edad madura, y su experiencia
religiosa lleva el mismo sello.
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Trabajo físico para los estudiantes
Con el programa actual de educación, se abre una puerta de tenta-
ción para los jóvenes. Aunque generalmente tienen demasiadas horas
de estudio, para muchas no tienen ocupación fija. Y frecuentemente
pasan sus momentos de ocio en forma temeraria. El conocimiento
de los malos hábitos se comunica de uno a otro, y el vicio aumenta
enormemente. Muchísimos jóvenes que han sido instruidos reli-
giosamente en el hogar y que van a la escuela comparativamente
inocentes y virtuosos, se corrompen al asociarse con compañeros
viciosos. Pierden el respeto propio y sacrifican los principios nobles.
Están preparados para emprender el camino hacia abajo, porque han
profanado a tal punto sus conciencias que el pecado no les parece tan
excesivamente pecaminoso. Estos males existentes en las escuelas