Página 360 - La Educaci

Basic HTML Version

356
La Educación Cristiana
Poniendo la Biblia en manos de ellos, siguió diciendo: “Sabéis
poco de este libro.” Ignoráis las Escrituras y el poder de Dios y
tampoco comprendéis la profunda importancia del mensaje que ha
de proclamarse a un mundo que perece. Lo pasado ha demostrado
que tanto los maestros como los alumnos saben muy poco de las
imponentes verdades que son asuntos vitales para este tiempo. Si el
mensaje del tercer ángel fuera proclamado en todos sus aspectos a
muchos de los que ocupan el puesto de profesores, no lo compren-
derían. Si tuvieseis el saber que viene de Dios, vuestro ser entero
proclamaría la verdad del Dios vivo a un mundo muerto en sus
transgresiones y pecados. No obstante, se exaltan libros y periódicos
que poco contienen de la verdad presente y los hombres se vuelven
demasiado doctos para seguir un “así dice Jehová”.
“Cada maestro de nuestras escuelas debe ensalzar al único Dios
verdadero; pero muchos de los centinelas están durmiendo.” Son
[392]
como ciegos que guían a otros ciegos. Mas el día del Señor está por
sobrecogernos. Como ladrón, viene con paso furtivo y sorprenderá a
todos los que no velan. ¿Quiénes, entre los maestros, están despiertos
y como fieles dispensadores de la gracia de Dios están dando a la
trompeta un sonido inconfundible? ¿Quiénes proclaman el mensaje
del tercer ángel e invitan al mundo a prepararse para el gran día de
Dios? El mensaje que damos tiene el sello del Dios vivo.
Señalando la Biblia, añadió: “Las Escrituras del Antiguo Tes-
tamento y del Nuevo se han de combinar en la obra de preparar a
un pueblo que subsista en el día del Señor. Aprovechad fervoro-
samente vuestras oportunidades actuales. Haced de la Palabra del
Dios viviente vuestro libro de texto. Si siempre se hubiera hecho
esto, ciertos alumnos ahora perdidos para la causa de Dios serían
misioneros. Jehová es el único Dios verdadero y ha de ser reveren-
ciado y adorado. Los que respetan las palabras de autores incrédulos
e inducen a los alumnos a considerar estos libros como esenciales
en su educación, menoscaban su fe en Dios. El tono, el espíritu, la
influencia de estos libros son deletéreos para los que dependen de
ellos para adquirir conocimiento. Los estudiantes han sido hechos el
blanco de influencias que los indujeron a apartar los ojos de Cristo,
la Luz del mundo, y los malos ángeles se regocijan porque quienes
profesan conocer a Dios lo niegan en la forma en que se lo ha negado
en nuestros colegios. El Sol de Justicia ha estado resplandeciendo