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Capítulo 57—Carácter y obra de los maestros
La obra hecha en nuestros colegios y escuelas no ha de aseme-
jarse a la que se hace en los colegios y seminarios del mundo. En
la grandiosa tarea de la educación, la enseñanza de las ciencias no
ha de ser de carácter inferior, pero se ha de considerar de primera
importancia aquel conocimiento que habilite a un pueblo para estar
firme en el gran día de la preparación de Dios. Nuestros colegios
deben asemejarse más a las escuelas de los profetas. Deben ser
colegios preparatorios donde los alumnos sean puestos bajo la disci-
plina de Cristo para aprender del Gran Maestro. Deben ser colegios
familiares donde cada estudiante reciba ayuda especial de parte de
sus docentes como los miembros de la familia debieran recibirla
en el hogar. Se han de fomentar la ternura, la simpatía, la unidad y
el amor. Debe haber docentes abnegados, consagrados y fieles, que
constreñidos por el amor de Dios y llenos de ternura, cuiden de la
salud y la felicidad de los alumnos, y procuren hacerlos progresar
en toda rama importante del saber.
Deben elegirse docentes entendidos para nuestros colegios y
escuelas que se sientan responsables ante Dios por grabar en las
inteligencias la necesidad de conocer a Cristo como Salvador perso-
nal. Desde el grado más alto al más bajo, deben demostrar especial
cuidado por la salvación de los alumnos y mediante su esfuerzo per-
sonal procurarán guiar sus pies por senderos rectos. Deben mirar con
compasión a aquellos que han sido mal enseñados en la infancia y
tratar de remediar defectos que, si se conservan, perjudicarán grande-
mente el carácter. No puede hacer esta obra quien no haya aprendido
primero en la escuela de Cristo la debida manera de enseñar.
Todos los que enseñan en nuestros colegios deben tener una
unión íntima con Dios y una perfecta comprensión de su Palabra,
a fin de que puedan volcar la sabiduría y el conocimiento divinos
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en la obra de educar a los jóvenes para su utilidad en esta vida y
para la vida futura e inmortal. Deben ser hombres y mujeres que
no sólo conozcan la verdad sino que también sean hacedores de
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