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A los docentes y alumnos
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Yo estaba hablando a los docentes, dirigiéndoles mensajes de
reprensión. Todos los docentes necesitan ejercicio, un cambio de
ocupación. Dios ha indicado que ese ejercicio lo debiera constituir
un trabajo provechoso y práctico; pero os habéis apartado del plan de
Dios para seguir invenciones humanas, y ello con detrimento de la
vida espiritual. Ni una jota ni un tilde de la influencia posterior de una
educación tal os habilitará para hacer frente a los severos conflictos
de estos últimos días. ¿Qué clase de educación están recibiendo
nuestros docentes y alumnos? ¿Ha ideado y proyectado Dios esta
clase de ejercicio para vosotros o la han introducido las invenciones
e imaginaciones humanas? ¿Cómo está preparada la mente para
el estudio y la meditación, los pensamientos serios y la oración
ferviente y contrita que procede de los corazones subyugados por
el Santo Espíritu de Dios? “Y como fué en los días de Noé, así
también será en los días del Hijo del hombre”. “Y vió Jehová que la
malicia de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio
de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente
el mal”.
El Señor presentó ante mí la necesidad de establecer un colegio
en Battle Creek, que no debiera imitar a ningún colegio existente.
Debemos tener docentes que guarden sus almas en el amor y temor
de Dios. Los docentes tienen que enseñar acerca de cosas espiritua-
les, tienen que preparar un pueblo para estar firme en la penosa crisis
que está delante de nosotros; pero ha habido una desviación del plan
de Dios en muchas maneras. Las diversiones están haciendo más en
el sentido de estorbar la obra del Espíritu Santo que cualquier otra
cosa, y el Señor es agraviado.
“Lavad, limpiaos; quitad la iniquidad de vuestras obras de ante
mis ojos; dejad de hacer lo malo [pero no os detengáis aquí; id
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adelante en seguir la luz de la Palabra]; aprended a hacer bien; buscad
juicio, restituid al agraviado, oíd en derecho al huérfano, amparad a
la viuda. Venid luego, dirá Jehová, y estemos a cuenta: si vuestros
pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos:
si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana”. Os
atañe ejercitar el intelecto y tener la oportunidad de hacer ejercicio.
“Si quisiereis y oyereis, comeréis el bien de la tierra”.
“¿Cómo te has tornado ramera, oh ciudad fiel? Llena estuvo de
juicio, en ella habitó equidad; mas ahora, homicidas. Tu plata se