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La Educación Cristiana
de dónde procedían sus posesiones. Ningún agradecimiento ascendió
hasta su benigno Benefactor. Y se cumplimentaba pensando de esta
manera: “Alma, muchos bienes tienes almacenados para muchos
años; repósate, come, bebe, huélgate”. El Maestro, que le había
confiado riquezas terrenas para que beneficiase con ellas a su prójimo
y glorificase a su Hacedor, se airó justamente a causa de su ingratitud,
y le dijo: “Necio, esta noche vuelven a pedir tu alma; y lo que has
prevenido, ¿de quién será? Así es el que hace para sí tesoro, y no
es rico en Dios”. Aquí tenemos una ilustración de cómo estima al
hombre el Dios infinito. Una inmensa fortuna o cualquier grado
de riqueza no asegurará el favor de Dios. Todas estas mercedes y
bendiciones proceden de él para probar y desarrollar el carácter del
hombre.
Los hombres podrán tener riquezas sin límites. Sin embargo, si
no son ricos en Dios, si no tienen interés en obtener para sí el tesoro
celestial y la sabiduría de origen divino, son considerados como
necios por su Creador, y nosotros hemos de colocarlos precisamente
donde Dios los coloca. El trabajo es una bendición. No es posible
disfrutar de salud sin trabajo. Hay que ejercitar todas las facultades
para que puedan desarrollarse debidamente y para que tanto hombres
como mujeres posean una mente bien equilibrada. Si se hubiera
dado a los jóvenes una acabada educación en los diferentes ramos de
trabajo, si se les hubiera enseñado el trabajo tanto como las ciencias,
la educación les habría sido más ventajosa.
La constante tensión del cerebro, al mismo tiempo que deja inac-
tivos los músculos, debilita los nervios, por lo que los estudiantes
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tienen un deseo casi irresistible de cambios y de diversiones excitan-
tes. Y cuando se ven libres después de un encierro de varias horas
de estudio diario, están casi ingobernables. Muchos jamás fueron
disciplinados en sus casas. Se les dejó seguir sus inclinaciones, y
creen que la restricción de las horas de estudio es una imposición
severa. No teniendo nada que hacer después de dichas horas, Satanás
les sugiere el juego y las travesuras como variación. Su influencia
sobre otros estudiantes es desmoralizadora. Los que gozaron en el
hogar de los beneficios de la enseñanza religiosa y que ignoraban
los vicios de la sociedad, llegan a ser con frecuencia los que más
se relacionan con aquellos cuya mente se formó en un molde infe-
rior y cuyas oportunidades de adquirir cultura mental y preparación