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La Educación Cristiana
modidades y las facilidades necesarias. Sean hombres o mujeres,
deben aprender a remendar, lavar y tener en orden su ropa. Deben
ser capaces de hacerse la comida. Deben familiarizarse con la agri-
cultura y con los trabajos de mecánica. De este modo pueden reducir
sus gastos y por su ejemplo inculcar principios de parsimonia y eco-
nomía. Estas lecciones pueden enseñarse mejor donde se práctica
concienzudamente el ahorro en todas las cosas.
No sólo a causa del bienestar financiero de los colegios, sino
también como educación para los alumnos, debiera estudiarse fiel-
mente la economía y aplicársela concienzuda y diligentemente. Los
administradores deben vigilar cuidadosamente cada detalle a fin de
que no haya gastos innecesarios que acarreen deudas al colegio.
Todo alumno que ame a Dios por sobre todas las cosas ayudará a lle-
var la responsabilidad en este asunto. Los que han sido enseñados a
proceder así podrán demostrar por precepto y ejemplo a aquellos con
quienes se pongan en contacto los principios enseñados por nuestro
abnegado Redentor. La complacencia propia es un mal grande y
debe ser dominado.
Algunos prefieren que los alumnos no conozcan la situación
financiera apremiante de los colegios. Pero será muchísimo mejor
que vean y comprendan nuestra falta de recursos, porque así podrán
ayudar en la práctica de la economía. Muchos de los que concurren
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a nuestros colegios provienen de hogares sin lujo alguno, donde
se acostumbraron a comer alimentos sencillos con prescindencia
de muchos platos. ¿Qué influencia tendrá nuestro ejemplo sobre
éstos? Enseñémosles que mientras tenemos tantos modos de emplear
nuestros recursos y miles se hallan sumidos en la mayor miseria,
muriendo a causa de plagas, hambre, derramamiento de sangre y
fuego, es propio que cada uno piense cuidadosamente y no adquiera
cosas innecesarias sólo con el fin de satisfacer el apetito o el deseo
de aparentar.
Si nuestros colegios son dirigidos como es debido, las deudas no
se amontonarán y hasta podrán los alumnos gozar de comodidad y
la mesa surtirse de alimento abundante, bueno y sustancioso. Jamás
debe el deseo de ahorrar inducirnos a proporcionar comidas esca-
sas. Los alumnos deben tener abundancia de alimentos saludables.
Pero los que estén encargados de cocinar deben saber recoger los
fragmentos para que nada se pierda.