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La Edificación del Carácter
cojo, o enfermo, y presentasteis ofrenda. ¿Aceptaré yo eso de vuestra
mano? dice Jehová”.
Malaquías 1:6-8, 13
.
Aunque dirigidas al Israel de antaño, estas palabras contienen
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una lección para el pueblo de Dios de hoy en día. Cuando el apóstol
se dirige a sus hermanos, y los insta a presentar sus cuerpos en
“sacrificio vivo, santo, agradable”, presenta principios de verdadera
santificación. No es meramente una teoría, una emoción, o mero
palabrerío, sino un principio vivo y activo que entra en la vida
cotidiana. Requiere que nuestros hábitos de comer, beber, vestirnos,
sean tales que aseguren la preservación de la salud física, mental y
moral, a fin de que podamos presentar al Señor nuestros cuerpos,
no como una ofrenda corrompida por hábitos erróneos, sino como
“sacrificio vivo, santo, agradable a Dios”.
Los estimulantes y narcóticos
La amonestación de San Pedro de abstenerse de los deseos car-
nales es una admonición muy directa y fuerte contra el uso de todos
los estimulantes y narcóticos tales como el té, el café, el tabaco, el
alcohol y la morfina. El uso de estos elementos bien puede ser clasi-
ficado entre los deseos que ejercen una influencia perniciosa sobre
el carácter moral. Cuanto más temprano se formen estos hábitos per-
judiciales, más firmemente mantendrán a su víctima en la esclavitud
al deseo pecaminoso, y más ciertamente rebajarán la norma de la
espiritualidad.
La enseñanza bíblica hará sólo una débil impresión en los que
tengan sus facultades entenebrecidas por la complacencia propia.
Millares sacrificarán no solamente la salud y la vida, sino también
su esperanza del cielo, antes de declarar la guerra contra sus propios
apetitos pervertidos. Una mujer que por muchos años pretendió estar
santificada, hizo la declaración de que si le tocaba decidir entre
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abandonar su pipa o el cielo, ella diría: “Adiós, cielo; no puedo
vencer mi amor por mi pipa”. Este ídolo había sido guardado como
reliquia en su alma, dejándolo a Jesús en lugar subordinado. ¡Sin
embargo esta mujer pretendía pertenecer completamente al Señor!