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Los misterios de la Biblia
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divina. Si su descripción de Dios consistiera solo en lo que nosotros
pudiéramos comprender, si su grandeza y su majestad pudieran
ser abarcadas por mentes finitas, la Biblia no llevaría, como lleva,
evidencias inconfundibles de la Divinidad. La grandeza de sus temas
tiene que inspirar fe en ella como la Palabra de Dios.
La Biblia revela la verdad con tal sencillez y tal adaptación a las
necesidades y los anhelos del corazón humano, que ha asombrado y
maravillado a los intelectos más cultos, y al mismo tiempo ha expli-
cado el camino de la vida al humilde e ignorante. “El que anduviere
en este camino, por torpe que sea, no se extraviará
Ningún niño
tiene por qué equivocar el camino. Ningún buscador tembloroso
necesita dejar de andar en la luz pura y santa. Sin embargo, las ver-
dades expuestas con gran sencillez comprenden temas elevados, de
vasto alcance, infinitamente superiores al poder de la comprensión
humana, misterios que son el escondite de su gloria, misterios que
vencen la mente en su investigación, mientras inspiran fe y reveren-
cia al buscador sincero de la verdad. Cuanto más escudriñamos la
Biblia, tanto más profunda es nuestra convicción de que es la Palabra
del Dios viviente, y la razón humana se inclina ante la majestad de
la revelación divina.
Dios quiere que siempre sean reveladas las verdades de su Pala-
bra al investigador ferviente. Aunque “las cosas secretas pertenecen
a Jehová nuestro Dios”, “las reveladas son para nosotros y para
nuestros hijos
La idea de que ciertas secciones de la Biblia no
pueden ser entendidas, ha inducido a descuidar algunas de sus más
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importantes verdades. Es necesario recalcar con frecuencia el hecho
de que los misterios de la Biblia no son tales porque Dios haya tra-
tado de ocultar la verdad, sino porque nuestra debilidad e ignorancia
nos hacen incapaces de comprender o posesionarnos de la verdad.
El límite no está fijado por su propósito, sino por nuestra capacidad.
Dios desea que comprendamos tanto como lo permite nuestra men-
te, precisamente aquellas partes de las Escrituras que a menudo se
pasan por alto por considerárselas imposibles de comprender. “Toda
la Escritura es inspirada por Dios” para que el hombre de Dios sea
“enteramente preparado para toda buena obra
Es imposible para cualquier mente humana abarcar completa-
mente siquiera una verdad o promesa de la Biblia. Uno comprende
la gloria desde un punto de vista, otro desde otro, y sin embargo,