Página 178 - La Educaci

Basic HTML Version

174
La Educación
las leyes de la salud. Pero por causa de los hábitos erróneos, prac-
ticados de generación en generación, el apetito se ha pervertido de
tal modo que constantemente desea algo dañino. Ahora no se puede
confiar en él como guía.
En el estudio de la higiene es necesario enseñar a los alumnos
el valor nutritivo de los diferentes alimentos. Debería explicarse el
efecto de una alimentación concentrada y estimulante, y también
de los alimentos que no tienen suficientes elementos nutritivos. El
té, el café, el pan blanco, los encurtidos [
pickles
], las verduras de
fibras bastas, los caramelos, los condimentos y las tortas, no pro-
veen la debida nutrición. Más de un estudiante ha quebrantado su
salud por ingerir esos alimentos. Más de un niñito débil, incapaz de
todo esfuerzo físico o mental vigoroso, es víctima de un régimen
alimentario pobre. Los cereales, las frutas frescas, las frutas oleagi-
nosas o nueces y los vegetales, bien combinados, contienen todos
los elementos nutritivos, y si están bien preparados, constituyen la
alimentación que más aumenta la fuerza física y mental.
Es necesario considerar no solo las propiedades del alimento,
sino también su adaptación a quien los consume. A menudo las
personas que se dedican principalmente al trabajo mental, deben
abstenerse de alimentos que pueden ser consumidos libremente por
las que realizan trabajo físico. También se necesita dedicar atención
a la correcta combinación de los alimentos. Los que hacen trabajo
mental o tienen ocupaciones sedentarias, deben combinar pocas
clases de alimentos en una comida.
Ha de evitarse el exceso de comida, aunque sea de la más salu-
dable. El cuerpo no puede usar más de lo que se requiere para la
reparación de los diversos órganos del cuerpo, y el exceso entorpece
al organismo. Más de un estudiante cree haber arruinado su salud
por el exceso de estudio, cuando la verdadera causa es el exceso
[186]
de alimento. Mientras se presta la debida atención a las leyes de la
salud, el trabajo mental ofrece poco peligro, pero en muchos casos
del así llamado fracaso mental, lo que cansa el cuerpo y debilita la
mente es el hábito de sobrecargar el estómago.
En muchos casos, es mejor comer dos veces al día que tres. La
cena, a una hora temprana, interrumpe la digestión de la comida
anterior. A una hora tardía, no tiene tiempo para ser digerida antes
del momento de ir a acostarse. En esa forma, el estómago no tiene el