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La Educación
otro modo no sería más que una cifra en el mundo, tal vez una car-
ga impotente, podrá decir con el apóstol Pablo: “Todo lo puedo en
Cristo que me fortalece
También tiene la fe preciosas lecciones para el niño sensible
a las ofensas. La disposición a resistir el mal o vengar el agravio
recibe a menudo su impulso de un profundo sentimiento de justicia
y un espíritu activo y enérgico. Enséñese a ese niño que Dios es el
guardián eterno de la justicia. Cuida tiernamente a los seres que ama
al punto de dar a su amado Hijo para salvarlos. Él se entenderá con
cada malhechor.
“Porque el que os toca; toca a la niña de mi ojo
“Encomienda a Jehová tu camino, y confía en él; y él hará.
Exhibirá tu justicia como la luz, y tu derecho como el mediodía
“Jehová será refugio del pobre, refugio para el tiempo de angus-
tia. En ti confiarán los que conocen tu nombre, por cuanto tú, oh
Jehová, no desamparaste a los que te buscaron
Dios nos manda que manifestemos hacia otros la compasión que
él manifiesta hacia nosotros. Contemplen el impulsivo, el engreído
y el vengativo al Ser humilde y manso llevado como cordero al ma-
tadero, mudo como la oveja ante los que la esquilan. Contemplen a
Aquel a quien han traspasado nuestros pecados y abrumado nuestras
penas, y aprenderán a soportar, tolerar y perdonar.
Por la fe en Cristo se puede suplir toda deficiencia de carácter,
purificar toda impureza, corregir toda falta y desarrollar toda buena
cualidad.
“Vosotros estáis completos en él
La oración y la fe están íntimamente ligadas y necesitan ser
estudiadas juntas. En la oración de fe hay una ciencia divina; es una
ciencia que debe comprender todo el que quiera tener éxito en la
obra de su vida. Cristo dice: “Todo lo que pidiereis orando, creed
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que lo recibiréis, y os vendrá
Él explica claramente que nuestra
petición debe estar de acuerdo con la voluntad de Dios; debemos
pedir cosas que él haya prometido y todo lo que recibamos debe ser
usado para hacer su voluntad. Cuando se satisfacen las condiciones,
la promesa es indubitable.
Podemos pedir perdón por el pecado, el don del Espíritu Santo,
un carácter como el de Cristo, sabiduría y fuerza para hacer su obra,