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La escuela del más allá
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El profeta contempla “un río limpio de agua de vida, resplande-
ciente como cristal, que fluía del trono de Dios y del Cordero”. “Y a
uno y otro lado del río, estaba el árbol de la vida”. “Y ya no habrá
muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras
cosas pasaron
“Todo tu pueblo, todos ellos, serán justos,
Para siempre heredarán la tierra;
Serán los renuevos de mi plantío,
Obra de mis manos,
Para glorificarme
Facultado otra vez para comparecer ante Dios, el hombre volverá
a recibir enseñanza de él, como al principio:
“Por tanto, mi pueblo sabrá mi nombre por esta causa en aquel
día; porque yo mismo que hablo, he aquí estaré presente
“He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará
con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos
como su Dios
“Estos son los que han salido de la gran tribulación; han lavado
sus ropas y las han blanqueado en la sangre del Cordero. Por eso
están delante del trono de Dios y lo sirven día y noche en su templo
[...]. Ya no tendrán hambre ni sed, y el sol no caerá más sobre ellos,
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ni calor alguno, porque el Cordero que está en medio del trono los
pastoreará y los guiará a fuentes de aguas vivas. Y Dios enjugará
toda lágrima de los ojos de ellos
“Ahora vemos por espejo, oscuramente; pero entonces veremos
cara a cara. Ahora conozco en parte; pero entonces conoceré como
fui conocido
“Verán su rostro, y su nombre estará en sus frentes
¡Qué campo se abrirá allí a nuestro estudio cuando se descorra
el velo que oscurece nuestra vista, y nuestros ojos contemplen ese
mundo de belleza del cual ahora tenemos apenas vislumbres por
medio del microscopio! ¡Cuando contemplemos las glorias de los
cielos estudiados ahora por medio del telescopio! ¡Cuando, borrada
la mancha del pecado, toda la tierra aparezca en “la hermosura de
Jehová nuestro Dios”! Allí el estudioso de la ciencia podrá leer los
informes de la creación sin hallar señales de la ley del mal. Escuchará