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La Educación
y misericordia. Fijó él “el orden de los tiempos, y los límites de su
habitación; para que busquen a Dios, si en alguna manera, palpando,
puedan hallarle, aunque ciertamente no está lejos de cada uno de
nosotros
Oídlo en el tribunal de Festo, cuando el rey Agripa, convencido
de la verdad del evangelio, exclama: “Por poco me persuades a ser
cristiano
Con qué gentil cortesía le responde Pablo, señalándole
su cadena: “¡Quisiera Dios que por poco o por mucho, no solamente
tú, sino también todos los que hoy me oyen, fuerais hechos tales
cual yo soy, excepto estas cadenas!
Así transcurrió su vida, según él mismo dice, “en caminos mu-
chas veces; en peligros de ríos, peligros de ladrones, peligros de los
de mi nación, peligros de los gentiles, peligros en la ciudad, peligros
en el desierto, peligros en el mar, peligros entre falsos hermanos; en
trabajo y fatiga, en muchos desvelos, en hambre y sed, en muchos
ayunos, en frío y en desnudez
“Nos maldicen—dijo—, y bendecimos; padecemos persecución,
y la soportamos. Nos difaman, y rogamos
“come entristecidos,
mas siempre gozosos; como pobres, mas enriqueciendo a muchos;
como no teniendo nada, mas poseyéndolo todo
Hallaba gozo en el servicio; y al fin de su vida de trabajo, al
echar una mirada retrospectiva a sus luchas y triunfos, pudo decir:
“He peleado la buena batalla
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Estas biografías son de vital interés. Para nadie son de más
profunda importancia que para los jóvenes. Moisés renunció a un
reino en perspectiva; Pablo, a las ventajas proporcionadas por la
riqueza y el honor entre su pueblo, a cambio de una vida llena de
responsabilidades en el servicio de Dios. Para muchos, la vida de
estos hombres se presenta como una vida de renuncia y sacrificio.
¿Fue realmente así? Moisés consideraba que el oprobio sufrido por
Cristo era una riqueza mayor que la de los tesoros de Egipto. Lo
consideraba así, porque así era. Pablo declaró: “Pero cuantas cosas
eran para mi ganancia, las he estimado como pérdida por amor de
Cristo. Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida
por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por
amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a
Cristo
Estaba satisfecho con su elección.