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Una ilustración de los métodos de Cristo
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provocadas por el afán de supremacía, gran parte del descontento
manifestado hacia los métodos de Cristo, tenían su origen en Judas.
Jesús, al comprender que la oposición solamente lo endurece-
ría, se abstuvo de provocar un conflicto directo. Trató de curar su
egoísmo por medio del contacto con su propio amor abnegado. En
su enseñanza desarrolló principios que tendían a desarraigar las am-
biciones egoístas del discípulo. Así le dio una lección tras otra, y
más de una vez Judas se dio cuenta de que se había desenmascarado
su carácter y se había señalado su pecado; pero no quiso ceder.
La caída de Judas
Al resistir a las súplicas de la gracia, el impulso del mal triunfó
finalmente. Judas, enojado por una velada reprensión, y desesperado
al ver desmoronarse sus sueños ambiciosos, entregó su alma al
demonio de la avaricia y decidió traicionar a su Maestro. Salió del
aposento donde se celebró la Pascua, del gozo de la presencia de
Cristo y de la luz de la esperanza inmortal, para realizar su perversa
obra, a las tinieblas exteriores, donde no había esperanza.
“Porque Jesús sabía desde el principio quiénes eran los que no
creían, y quien le había de entregar
Sin embargo, sabiéndolo
todo, no había negado ningún pedido de gracia ni don de amor.
Al ver el peligro de Judas, lo había acercado a sí mismo, y lo
había introducido en el círculo íntimo de sus discípulos escogidos y
de confianza. Día tras día, cuando la carga que oprimía su corazón
resultaba más pesada, había soportado el dolor que le producía el
permanente contacto con esa personalidad terca, suspicaz, sombría;
había vigilado y trabajado para contrarrestar entre sus discípulos
ese antagonismo constante, secreto y sutil. ¡Y todo eso para que no
faltara ninguna influencia salvadora a esa alma en peligro!
“Las muchas aguas no podrán apagar el amor,
Ni lo ahogarán los ríos”.
“Porque fuerte es como la muerte el amor
Con respecto a Judas, la obra de amor de Cristo fue inútil. No
ocurrió lo mismo con sus condiscípulos. Para ellos fue una lección
cuya influencia duró toda la vida. Su ejemplo de ternura y pacien-
cia siempre modeló su trato con los tentados y descarriados. Hubo