Página 218 - En los Lugares Celestiales (1968)

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El hogar, una escuela, 21 de julio
Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no se
apartará de él.
Proverbios 22:6
.
El hogar debe ser una escuela en la cual los niños sean educados
para la escuela superior. El padre y la madre deben hacer la decisión:
“Entenderé el camino de la perfección... En la integridad de mi corazón
andaré en medio de mi casa’.
Salmos 101:2
... Los padres son los prime-
ros maestros de sus hijos, y mediante las lecciones que les imparten son
educados a la par que sus hijos. Si los padres se consagran a sí mismos,
cuerpo, alma y espíritu para hacer la obra que Dios les dio, el Señor
les enseñará preciosas lecciones, dándoles palabras sabias para hablar y
ayudándolos a demostrar paciencia y tolerancia en la provocación...
Necesitamos hogares que sean circundados por una atmósfera santifi-
cada. Las familias no convertidas son los aliados más fuertes de Satanás.
Sus miembros trabajan en oposición a Dios. Algunos padres son ásperos,
regañones, dominantes, mientras que otros son descuidados y laxos al
dejar que sus hijos sigan el camino de la desobediencia hasta realizar ac-
ciones muy perversas, y son un espectáculo vergonzoso para los ángeles
y los hombres. Tales padres necesitan experimentar el poder de Dios que
convierte. Al ceder a la ira y con indiferencia egoísta incapacitan a sus
hijos para este mundo y para el venidero...
Estoy escribiendo esto a los padres de entre nosotros porque deseo
grandemente que aprendan y enseñen a sus hijos las hermosas lecciones
que debemos aprender en la tierra antes de poder entrar en el cielo.
En todo lo que hagáis, preguntaos: “¿Cómo ayudará esto a mis hijos
a prepararse para las mansiones que Cristo ha ido a preparar para los
que lo aman?” Cuando se haga en el hogar la obra de enseñanza como
debe hacerse, las familias traerán a la iglesia una noble abnegación, y los
ángeles anhelarán detenerse allí.—
The Review and Herald, 12 de enero
de 1911
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