Página 231 - En los Lugares Celestiales (1968)

Basic HTML Version

Todo lo que poseemos procede de Dios, 2 de agosto
Porque ¿quién soy yo, y quién es mi pueblo, para que pudiésemos
ofrecer voluntariamente cosas semejantes? Pues todo es tuyo, y de
lo recibido de tu mano te damos.
1 Crónicas 29:14
.
Los que viven en esta tierra debieran unirse con las huestes celestiales
en atribuir toda honra y gloria al Creador. Ningún hombre tiene el menor
motivo para ufanarse o exaltarse a sí mismo, aunque haga al máximo lo
mejor que puede...
Constantemente Dios está obrando para subsanar las deficiencias
humanas. Aun el arrepentimiento es originado por medio de la aplicación
de la gracia. El corazón natural siente que no necesita arrepentimiento.
Las lágrimas que brotan de los ojos del hombre a causa de la tristeza
por su pecaminosidad y debidas a la simpatía hacia otros pecadores,
comienzan espontáneas. Ellas son como rocío de los ojos que pertenecen
a Dios... Las buenas resoluciones que hacemos no son sino la expresión
de deseos que son de Dios. La vida reformada no es sino el mejor
empleo de una vida que ha sido rescatada por el sacrificio de su Hijo
Jesús. Ningún crédito debiéramos atribuir para nosotros mismos por
ninguna cosa que podamos hacer...
También la fe es un don de Dios. La fe es el asentimiento de la
comprensión del hombre ante las palabras de Dios, que ata el corazón
al servicio de Dios. ¿Y de quién es la comprensión humana sino de
Dios? ¿De quién el corazón sino de Dios? Tener fe es rendir a Dios la
inteligencia, la energía, que hemos recibido de él. Por lo tanto los que
ejercitan la fe no merecen para sí mismos ningún crédito...
Las aptitudes celestiales concedidas no debieran emplearse con fines
egoístas. Cada energía, cada don es un talento que debiera contribuir a la
gloria de Dios al ser usado en su servicio...
No busque nadie la exaltación propia al hablar de lo que ha hecho, no
enaltezca sus habilidades, no haga gala de sus conocimientos y no cultive
la presunción.—
The Review and Herald, 19 de diciembre de 1904
.
[224]
227