Página 244 - En los Lugares Celestiales (1968)

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El amor, el móvil impulsor, 15 de agosto
El amor de Cristo nos constriñe.
2 Corintios 5:14
.
“Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero
el mayor de ellos es el amor”.
1 Corintios 13:13
. En la vida de Cristo,
este amor encontró expresión perfecta. Él nos amó en nuestro pecado
y degradación ... No hubo desaliento en su paciencia ni menoscabo
en su celo. Las ondas de la misericordia, rechazadas por el orgullo, la
impenitencia, los corazones desagradecidos, siempre retornaron en una
poderosa corriente de amor.
El que está constreñido por el amor de Cristo avanza entre sus se-
mejantes para ayudar a los desamparados y alentar a los abatidos, para
señalar a los pecadores el ideal que Dios tiene para sus hijos y para
dirigirlos hacia él...
No debemos jamás ser indiferentes e insensibles, especialmente cuan-
do tratamos con el pobre. Cortesía, benevolencia y compasión se deben
demostrar a todos. La parcialidad hacia el rico desagrada a Dios. Jesús
es menospreciado cuando se desatiende a sus hijos necesitados. Ellos no
son ricos en bienes de este mundo pero son caros a su amante corazón.
Dios no reconoce diferencias sociales. Para él no hay castas. Ante su
vista, los hombres son simplemente hombres, buenos o malos, En el día
de la final retribución, la posición, el rango o la riqueza no alterarán ni el
grosor de un cabello el caso de cada uno. Ante Dios que todo lo ve, los
hombres serán juzgados por lo que son en pureza, en nobleza, en amor
de Cristo...
Cristo declara que el Evangelio debe ser predicado a los pobres.
Jamás la verdad de Dios se ha manifestado en un aspecto de mayor amor
que cuando ha sido dada a los necesitados y destituidos. Entonces es
cuando la luz del Evangelio brilla con su más radiante claridad ... Los
que han sido descuidados y abandonados por el mundo son elevados
para ser hijos e hijas del Altísimo ... Podrán no tener tesoros terrenales,
pero han encontrado la perla de gran precio.—
The Review and Herald,
21 de julio de 1910
.
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