Ayudándonos los unos a los otros, 9 de octubre
Sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel
que es la cabeza, esto es, Cristo.
Efesios 4:15
.
Ojalá nos comprometiéramos en nuestros corazones a no pronunciar
una sola palabra contra un hermano o una hermana. Recordad que ellos
también son tentados, y quizá con más fuerza que vosotros, y si refrenáis
vuestra lengua como con un freno, entonces demostraréis que amáis a
Dios... Los que están verdaderamente más descarriados, tienen la más
grande necesidad de vuestra ayuda. No murmuréis respecto a ellos ni
señaléis sus defectos, sino acercaos a ellos en el amor de Jesús y en el
amor de la verdad y procurad ayudarlos. Entonces seréis hacedores de la
Palabra, representando el espíritu de Cristo.
Cuando estéis preocupados con dudas y tinieblas circunden vues-
tra propia alma, la mejor conducta que podéis seguir para salir de esa
oscuridad es ayudar a algún otro que está desanimado. Cuando tratáis
de elevar a otros, he aquí que os estáis elevando a vosotros mismos en
una estrecha conexión con Dios. Cuando demostráis bondad a otros, os
ayudáis a vosotros mismos, pues la misma buena voluntad se volverá
a reflejar en vosotros. El hombre que tiene más de Cristo en el alma,
manifestará la más tierna simpatía por las almas que necesitan ayuda...
Siempre habrá descarriados entre vosotros, y ahí es donde podéis
demostrar el carácter de un cristiano. No los apartéis de vosotros, sino
que si poseéis la luz, haced que brille sobre ellos, y en esta forma podéis
ayudarlos a encaminarse hacia el cielo. Toda alma que posea el espíritu
de Cristo realizará las obras de Cristo. Y si alguno ve a otro extraviado
lejos de Cristo, sentirá como Cristo sintió en cuanto a la oveja perdida.
Había noventa y nueve en el redil, pero él salió en busca de la que se
había extraviado. Este es el espíritu que debemos manifestar...
“La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros, enseñándoos
y exhortándoos unos a otros en toda sabiduría, cantando con gracia en
vuestros corazones al Señor”.
Colosenses 3:16
.—
Manuscrito 33, 1885
.
[292]
298