Página 310 - En los Lugares Celestiales (1968)

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Liberación para el oprimido, 17 de octubre
Como el águila que excita su nidada, revolotea sobre sus pollos,
extiende sus alas, los toma, los lleva sobre sus plumas, Jehová solo
le guió, y con él no hubo dios extraño.
Deuteronomio 32:11, 12
.
El Capitán de nuestra salvación fortalece a sus seguidores, no con
falsedades científicas, sino con genuina fe en la Palabra de un Dios
personal. Esta Palabra es repetida una, otra y otra vez con más profundo
poder afirmativo. Satanás recurre a todos sus poderes para el ataque en
el último conflicto, y la paciencia del seguidor de Cristo es probada al
máximo. A veces parece que va a ceder. Pero una palabra de oración al
Señor Jesús llega como una flecha hasta el trono de Dios, y ángeles de
Dios son enviados al campo de batalla. Cambia la marea. La asombrosa
luz que brilla en la faz de Jesucristo ha cerrado la boca de sus arteros
oponentes. Bajo el poder del encanto que está sobre ellos, sus labios
callan, y los cautivos son libertados. Las almas creyentes acosadas son
sostenidas como con alas de águilas y la victoria es ganada.
Dios llama a sus hijos a prepararse para escenas de duro conflic-
to. Realizad vuestros deberes con espíritu dócil y humilde. Enfrentad
siempre a vuestros enemigos con la fortaleza de Jesús. Desempeñad
con fidelidad todo deber. Comprended que debéis ahora obtener, por
conversión y humildad diarias, una inquebrantable confianza en Aquel
que tiene todo poder y que no os dejará ser destruidos. Debéis conocer a
Cristo por experiencia personal... En las pruebas de estos últimos días,
Cristo será para su pueblo sabiduría y justificación y santificación y
redención. Cristo debe constituir en su pueblo la esperanza de gloria.
Ellos deben desarrollar una experiencia que será un poder convincente
en el mundo...
¡Qué maravillosas lecciones aprenderemos como resultado de la
constante dependencia en la eficacia de Cristo!—
Manuscrito 53, 1905
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