“Para memoria delante de Dios” 26 de octubre
Tus oraciones y tus limosnas han subido para memoria delante de
Dios.
Hechos 10:4
.
Es un maravilloso favor para cualquier hombre en esta vida el ser
alabado por Dios como lo fue Cornelio...
Ni la oración ni la limosna tienen ninguna virtud en sí mismas para
recomendar a Dios al pecador. Sólo la gracia de Cristo, por medio de su
sacrificio expiatorio, puede renovar el corazón y hacer nuestro servicio
aceptable a Dios. Esta gracia conmovió el corazón de Cornelio...
El Espíritu de Cristo había hablado a su alma. Jesús lo había atraído
y se había rendido a esa atracción. Sus oraciones y sus limosnas no le
fueron impuestas; no eran un precio que trataba de pagar para conseguir
el cielo, sino que fueron el fruto del amor y la gratitud hacia Dios.
Una oración tal hecha por un corazón sincero, asciende como incien-
so delante del Señor; y las ofrendas para su causa y las limosnas para los
necesitados y dolientes, son un sacrificio que le complace. Por esa razón
las ofrendas de los hermanos de Filipo, que ayudaban a las necesidades
del apóstol Pablo, mientras era prisionero en Roma, se dice que eran
“olor fragante, sacrificio acepto, agradable a Dios”.
Filipenses 4:18
.
La oración y las limosnas están estrechamente vinculadas; son la
manifestación de nuestro amor a Dios y a nuestros semejantes. Son la
manifestación de los dos grandes fundamentos de la ley divina: “Amarás
al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda
tu mente y con todas tus fuerzas ... Y ... amarás a tu prójimo como a
ti mismo”.
Marcos 12:30, 31
. Por lo tanto, aunque nuestras ofrendas
no puedan recomendarnos delante de Dios o ganar su favor, son una
evidencia de que hemos recibido la gracia de Cristo.—
The Review and
Herald, 9 de mayo de 1893
.
[309]
315