Página 339 - En los Lugares Celestiales (1968)

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A uno de los más pequeños, 14 de noviembre
Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo
hicisteis a uno de éstos mis hermanos más pequeños, a mí lo
hicisteis.
Mateo 25:40
.
Cristo se interesa personalmente en las necesidades de sus hijos.
Considera cualquier descuido o negligencia para con sus hermanos como
un descuido hacia él, y un beneficio concedido al más humilde de ellos
como si lo recibiera él mismo... Aquel a quien la Providencia ha colmado
de bendiciones, pero que cierra la puerta de su corazón para reprimir
todos los impulsos generosos que se expresarían en hechos de caridad y
bondad, oirá de los labios del Maestro las solemnes palabras: “En cuanto
no lo hicisteis a uno de éstos más pequeños, tampoco a mí lo hicisteis”.
Vers. 45
. El amor de Cristo no puede existir en el corazón sin un amor
correspondiente por nuestros semejantes...
La salud física y la espiritual sufren por la inacción. El que es perezo-
so en la viña, que vive para sí, está siempre insatisfecho consigo mismo
y con los demás; la lobreguez y el frío del descontento se reflejan en su
semblante. Pero el que se aparta y aleja del yo, el que, como su Maestro,
se identifica con la humanidad sufriente, será enternecido y refinado por
el ejercicio de la simpatía hacia los otros. La cortesía, la paciencia y
la nobleza caracterizarán al tal y harán que su presencia resulte en un
continuo gozo y bendición. Su semblante brillará con el esplendor de la
verdadera benevolencia.
Los que más se esfuerzan por conseguir su propia felicidad son
miserables. Los que se olvidan del yo en su interés por los demás reciben
reflejadas en sus propios corazones, la luz y las bendiciones que les
dispensan... No es la magnitud de la obra que hacemos, sino el amor
y la fidelidad con que la realizamos lo que merece la aprobación del
Salvador.—
Discurso de la Sra. de White a los pacientes del sanatorio de
Goguac Lake, 12-14 (1878)
.
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