Nada es demasiado pequeño, 8 de marzo
Bueno es Jehová a los que en él esperan, al alma que le busca.
Lamentaciones 3:25
.
Hay pocos que realmente aprecian y aprovechan el precioso pri-
vilegio de la oración. Deberíamos ir a Jesús y contarle todas nuestras
necesidades. Podemos llevarle nuestras cargas y problemas, pequeños y
grandes. Todo lo que pueda causarnos dificultades, deberíamos llevarlo
al Señor en oración.—
Testimonies for the Church 5:200, 201
.
Perdemos muchas preciosas bendiciones al dejar de llevar nuestras
necesidades, problemas y pesares a nuestro Salvador. Él es el admirable
Consejero. Vela sobre su iglesia con intenso interés, y con un corazón
lleno de tierna simpatía se impone de la hondura de nuestras necesidades.
Pero nuestros caminos no son siempre sus caminos. El ve el resultado
de cada acción y nos pide que confiemos con paciencia en su sabiduría,
no en los supuestamente sabios planes de nuestra propia hechura.
No ceséis de orar. Si la respuesta se tarda, esperadla. Poned todos
vuestros planes a los pies del Redentor. Asciendan vuestras oraciones im-
portunas a Dios. Si es para la gloria de su nombre, oiréis las confortantes
palabras: “Sea hecho conforme a tu palabra”.
No podemos cansar a Cristo con fervientes súplicas. No dependemos
de Dios tanto como debiéramos. Dejemos sin pronunciar toda palabra de
queja. Hablemos de fe y de ánimo mientras esperamos a Dios... Tened
temor de la duda, para que no llegue a ser un hábito que destruya la fe
El proceder del Padre celestial puede parecernos oscuro, misterioso e
inexplicable, sin embargo debemos confiar en él.—
Carta 123, 1904
.
Toda oración sincera que se eleva es mezclada con la eficacia de
la sangre de Cristo. Si la respuesta tarda es porque Dios desea que
mostremos una santa osadía en reclamar la palabra que él empeñó. Fiel
es el que prometió. Nunca abandonará al alma que se entrega plenamente
a él.—
Manuscrito 19, 1892
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