La oración mueve el cielo, 9 de marzo
Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá.
Mateo 7:7
.
¿Por qué no recibimos más de Aquel que es la Fuente de luz y poder?
Esperamos demasiado poco. ¿Ha perdido Dios su amor por el hombre?
¿No sigue fluyendo su amor hacia la tierra? ...
No avaluamos como debiéramos el poder y la eficacia de la oración.
“Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues
qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu
mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles”.
Romanos 8:26
.
Dios desea que vayamos a él en oración para que él pueda alumbrar
nuestras mentes. Solamente él puede darnos claras concepciones de la
verdad. El sólo puede ablandar y subyugar el corazón. Puede agudizar el
entendimiento para discernir la verdad del error. Puede afirmar la mente
vacilante y darle un conocimiento y una fe que soportarán la prueba.
Orad, pues; orad sin cesar. El Señor que oyó la oración de Daniel, oirá la
vuestra si os acercáis a él como Daniel lo hizo.
Vivamos en estrecha comunión con Dios. El gozo del cristiano con-
siste en un sentido del amor y el cuidado de Dios por sus hijos, y en la
seguridad de que no los dejará solos en sus debilidades.—
The Review
and Herald, 24 de marzo de 1904
.
Necesitamos saber cómo orar. No son las oraciones insustanciales y
abatidas las que se aferran de los atributos divinos. La oración es oída por
Dios cuando proviene de un corazón quebrantado por un sentimiento de
indignidad. La oración fue instituida para nuestro consuelo y salvación,
para que mediante la fe y la esperanza podamos echar mano de las ricas
promesas de Dios. La oración es la expresión de los deseos de un alma
hambrienta y sedienta de justicia.—
Carta 121, 1901
...
La oración mueve el cielo. Ese poder que únicamente viene en res-
puesta a la oración hará sabios a los hombres en la sabiduría del cielo
y los capacitará para trabajar en la unidad del Espíritu, unidos con los
vínculos de paz.—
The Review and Herald, 28 de enero de 1904
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