La lluvia tardía
            
            
              153
            
            
              Desechen los cristianos todas las disensiones, y entréguense a
            
            
              Dios para salvar a los perdidos. Pidan con fe la bendición prometida,
            
            
              y ella les vendrá.—
            
            
              Joyas de los Testimonios 3:211 (1904)
            
            
              .
            
            
              Amaos unos a otros
            
            
              El cristianismo se ha de revelar en el más tierno afecto mutuo
            
            
              [...]. Cristo ha de recibir supremo amor de parte de los seres que
            
            
              ha creado. Y requiere que el hombre fomente una consideración
            
            
              sagrada por sus prójimos. Cada alma salvada lo será por el amor
            
            
              que comienza con Dios. La verdadera conversión es un cambio del
            
            
              egoísmo al amor santificado para Dios y al amor mutuo entre los
            
            
              hombres.—
            
            
              Mensajes Selectos 1:134-135 (1901)
            
            
              .
            
            
              Los atributos que Dios más aprecia son la caridad y la pureza,
            
            
              y debieran ser estimados por todo cristiano.—
            
            
              Testimonies for the
            
            
              Church 5:85 (1882)
            
            
              .
            
            
              El argumento más poderoso en favor del Evangelio es un cris-
            
            
              tiano amante y amable.—
            
            
              El Ministerio de Curación, 373 (1905)
            
            
              .
            
            
              Se requiere una entrega total
            
            
              Dios no aceptará nada menos que una entrega sin reservas. Los
            
            
              cristianos indiferentes y pecaminosos nunca podrán entrar en el
            
            
              cielo. No encontrarían felicidad en él, porque no saben nada de
            
            
              los principios elevados y santos que gobiernan a los miembros de
            
            
              la familia real. El verdadero cristiano mantiene abiertas hacia el
            
            
              [164]
            
            
              cielo las ventanas del alma. Vive en compañerismo con Cristo. Su
            
            
              voluntad se conforma a la de Cristo. Su mayor deseo es llegar a ser
            
            
              más y más semejante a él.—
            
            
              The Review and Herald, 16 de mayo de
            
            
              1907
            
            
              .
            
            
              No podemos emplear al Espíritu Santo. El Espíritu ha de em-
            
            
              plearnos a nosotros. Por el Espíritu obra Dios en su pueblo “así el
            
            
              querer como el hacer, por su buena voluntad”.
            
            
              Filipenses 2:13
            
            
              . Pero
            
            
              muchos no quieren someterse a eso. Quieren manejarse a sí mismos.
            
            
              Esta es la razón por la cual no reciben el don celestial. Únicamente
            
            
              a aquellos que esperan humildemente en Dios, que velan para tener
            
            
              su dirección y gracia, se da el Espíritu.—
            
            
              El Deseado de Todas las
            
            
              Gentes, 626 (1898)
            
            
              .