Página 118 - El Evangelismo (1994)

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El Evangelismo
más alto, hasta que reposasen en el Cordero de Dios. El no había sido
más que una voz, un clamor en el desierto.—
Obreros Evangélicos,
57 (1915)
.
Hoy se elige a hombres como Juan
—Para ocupar un lugar
elevado entre los hombres, el Cielo elige al obrero que como Juan
el Bautista, toma un lugar humilde delante de Dios. El discípulo
que más se asemeja a un niño es el más eficiente en la labor para
Dios. Los seres celestiales pueden cooperar con aquel que no trata de
ensalzarse a sí mismo sino de salvar almas.—
El Deseado de Todas
las Gentes, 403 (1898)
.
La exaltación de sí mismo daña la obra
—No hay religión en
la entronización del yo. Aquel que hace de la glorificación propia
su blanco, se hallará destituido de aquella gracia que es lo único
que puede hacerlo eficiente en el servicio de Cristo. Toda vez que
se condesciende con el orgullo y la complacencia propia, la obra se
echa a perder.—
Palabras de Vida del Gran Maestro, 383 (1900)
.
La verdadera medida de un hombre
—El valor del cristiano
no depende de los talentos brillantes, la cuna encumbrada, y las
facultades maravillosas, sino de un corazón limpio: un corazón
purificado y refinado, que no se exalta a sí mismo, sino que, por la
contemplación de Cristo, refleja la imagen de la divinidad perdida
mucho tiempo ha.—
Carta 16, 1902
.
Únicamente Jesús
—Rehusando resueltamente desplegar sabi-
duría humana o exaltarse a sí mismos [los ministros de Dios], realiza-
rán una obra que soportará los asaltos de Satanás. Muchas almas se
volverán de las tinieblas a la luz, y se establecerán muchas iglesias.
Los hombres se convertirán, no al instrumento humano, sino a Cris-
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to. El yo se mantendrá oculto; sólo Jesús, el Hombre del Calvario,
aparecerá.—
Los Hechos de los Apóstoles, 201 (1911)
.
Evitese la ostentación y lo sensacional
El éxito no depende del despliegue de recursos exteriores
Algunos ministros cometen el error de suponer que el éxito depende
de atraer una gran congregación por la ostentación externa, y de
dar luego el mensaje de verdad de una manera teatral. Pero esto
es emplear fuego común en vez del fuego sagrado encendido por
Dios mismo. El Señor no queda glorificado por esta manera de