Página 149 - El Evangelismo (1994)

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El mensaje y su presentación
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de ellos. No habéis enseñado la verdad en la forma como Cristo
la enseñó. La exponéis de un modo que perjudica su influencia...
Vuestros corazones necesitan ser llenados con la gracia de Cristo
que convierte.—
Carta 164, 1902
.
Presentad la verdad con ternura
—Aprenda todo ministro a
llevar los zapatos del Evangelio. El que está calzado con el apresto
del Evangelio de paz, andará como Cristo anduvo. Podrá hablar
palabras adecuadas, y hablarlas con amor. No tratará de introducir
por la fuerza el mensaje de verdad. Tratará tiernamente con todo
corazón, comprendiendo que el Espíritu impresionará la verdad en
aquellos que son susceptibles a las impresiones divinas. Nunca
será vehemente en sus maneras. Toda palabra hablada tendrá una
influencia suavizadora y subyugante...
Al hablar palabras de reproche, pongamos toda la ternura que
Cristo tuvo y todo el amor posible en la voz. Cuanto más elevada la
posición de un ministro, tanto más circunspecto debe ser en palabras
y hechos.—
Manuscrito 127, 1902
.
Es mejor reivindicar que condenar
—Todas las personas cu-
yos corazones simpatizan con el corazón del Amor Infinito, pro-
curarán reivindicar y no condenar. Cristo morando en el alma es
una fuente que nunca se agota. Donde él mora habrá abundante
caridad.—
Thoughts from the Mount of Blessing, 39 (1896)
.
El sermón evangélico
Discurso sencillo; claridad de expresión
—El Señor desea que
aprendáis a emplear la red del Evangelio. Muchos necesitan aprender
este arte. A fin de tener éxito en vuestro trabajo, la malla de vuestra
red—es decir, la aplicación de las Escrituras—debe ser cerrada,
y discernirse fácilmente el significado. Sacad luego la red con la
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máxima eficiencia posible. Id directamente al grano. Haced que
vuestras ilustraciones sean evidentes de por sí. Por grande que sea
el conocimiento de un hombre, no sirve para nada a menos que
pueda comunicarlo a otros. Dejad que lo patético de vuestra voz, su
profundo sentimiento, haga su impresión en los corazones. Instad a
vuestros alumnos a entregarse a Dios.
Haced claras vuestras explicaciones; porque sé que son muchos
los que poco entienden de las cosas que se les dicen. Dejad que el