Página 19 - El Evangelismo (1994)

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El desafío a evangelizar
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Hay que acelerar la predicación del mensaje
—Como pueblo,
tenemos gran necesidad de humillar nuestros corazones ante Dios,
implorando su perdón por haber descuidado su mandato misionero.
Hemos establecido centros importantes en algunos lugares y dejado
sin trabajar muchas ciudades populosas. Pongamos mano a la obra
asignada, y proclamemos el mensaje que debe hacer comprender
su peligro a hombres y mujeres. Si cada adventista del séptimo
día hubiese cumplido su parte, el número de creyentes sería ahora
mucho mayor.—
Joyas de los Testimonios 3:293 (1909)
.
Una invitación a trabajar fervorosamente
—Si nuestros mi-
nistros comprendieran cuán pronto los habitantes del mundo habrán
de comparecer ante el tribunal de Dios, para responder por lo hecho
en el cuerpo, ¡con cuánto fervor trabajarían juntamente con Dios
[17]
para presentar la verdad! ¡Cómo se esforzarían para inducir a la
gente a que acepte la verdad! ¡Cuán incansablemente trabajarían
para hacer progresar la causa de Dios en el mundo, proclamando de
palabra y de hecho: “El fin de todas las cosas se acerca”!—
Carta 43,
1902
.
En medio de la confusión de los últimos días
—Las palabras
de Cristo fueron pronunciadas para nosotros los que vivimos ahora,
en la etapa final de la historia de esta tierra. “Cuando estas cosas
comiencen a suceder, erguios y levantad vuestra cabeza, porque
vuestra redención está cerca”.
Lucas 21:28
. Las naciones están
desasosegadas. Vivimos en tiempos de perplejidad. Rugen las olas
de la mar; los corazones de los hombres desfallecen por el temor y
la expectación de las cosas que han de sobrevenir a la redondez de
la tierra; pero aquellos que creen en el Hijo de Dios oirán su voz en
medio de la tormenta, la cual les dirá: “Yo soy, no temáis”.
Mateo
14:27
... Contemplamos el mundo que yace en maldad y apostasía.
Pareciera casi universal la rebelión contra los mandamientos de Dios.
En medio del tumulto de la excitación acompañado de confusión que
reina por doquiera, hay una obra que debe ser hecha en el mundo.—
Manuscrito 44, 1900
.
Hay que plantar el estandarte en los lugares oscuros
—Las
huestes de Satanás son numerosas, y por eso el pueblo de Dios debe
extenderse por todo el mundo para plantar el estandarte de la verdad
en los lugares oscuros del planeta, y para realizar sus esfuerzos más
fervorosos a fin de destruir el reino de Satanás.—
Carta 91, 1900
.