Página 198 - El Evangelismo (1994)

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El Evangelismo
de la persecución sigue los pasos del dragón. Por lo tanto, debe
ejercerse gran cuidado para no producir provocación alguna.—
Carta
55, 1886
.
Sea la verdad la que corte
—Los esfuerzos de Satanás contra
los abogados de la verdad se tornarán más intensos y decididos a
medida que se aproxime el tiempo del fin. Así como en los días de
Cristo los sacerdotes y dirigentes principales instigaron al pueblo
contra él, así también los dirigentes religiosos promoverán encono
y prejuicios contra la verdad para este tiempo. La gente estará lista
para realizar actos de violencia y oposición en los cuales nunca
habrían pensado si no hubieran sido empapados con la animosidad
de los cristianos profesos contra la verdad.
¿Y cuál será la conducta que deberán seguir los abogados de la
verdad? Poseen la Palabra de Dios eterna e inmutable y deberán dar
a conocer el hecho de que tienen la verdad tal como fue revelada
por Jesús. Sus palabras no deben ser ásperas ni hirientes. En su
presentación de la verdad deben manifestar el amor, la humildad
y mansedumbre de Cristo. Deben dejar que la verdad sea la que
corte; la Palabra de Dios es como una espada aguda de dos filos, y
se abrirá paso hasta el corazón. Los que saben que poseen la verdad
no deberán, mediante el uso de expresiones duras y severas, dar a
Satanás la oportunidad de tergiversar el espíritu con que hablan.—
The Review and Herald, 14 de octubre de 1902
.
Un llamamiento a iluminar las masas
—Me fue mostrado que
Satanás se nos está adelantando. La ley de Dios ha de ser invalidada
por los instrumentos de Satanás. En nuestro país que se jacta de
la libertad, se acabará la libertad religiosa. Se definirá el conflicto
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sobre la cuestión del sábado, y esto conmoverá a todo el mundo.
El tiempo en que podemos trabajar es limitado y Dios pide que
los ministros y el pueblo cumplan su deber sin tardanza. Maestros
sabios como serpientes e inofensivos como palomas deben acudir
para ayudar al Señor, para ayudar al Señor contra los poderosos. Hay
muchas personas que no comprenden las profecías relacionadas con
estos días, y por lo tanto deben ser iluminadas.—
Carta 1, 1875
.