Página 199 - El Evangelismo (1994)

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La predicación de las verdades distintivas
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Los problemas relativos a la observancia del sábado
No hay razón para que exista ansiedad o temor
—A menudo
cuando nuestros obreros presentan la decisiva verdad del sábado al
pueblo, algunos se detienen vacilantes por temor de atraer la pobreza
y penurias sobre ellos mismos y sobre sus familias. Dicen: Sí, veo lo
que tratáis de mostrarme, con respecto a la observancia del séptimo
día de la semana; pero temo que si guardo el sábado perderé mi
puesto, y no podré atender a mi familia. Y así, muchos conservan
su puesto mundano y desobedecen el mandato de Dios. Pero estos
versículos
Lucas 12:1-7
, nos enseñan que el Señor conoce todas
nuestras circunstancias; comprende nuestros inconvenientes; y cuida
de todos los que perseveran en conocer al Señor. Nunca permitirá
que sus hijos sean tentados más de lo que puedan soportar.
Cristo declaró a sus discípulos: “No os acongojéis por vuestra
vida, qué habéis de comer, o qué habéis de beber; ni por vuestro
cuerpo, qué habéis de vestir: ¿no es la vida más que el alimento, y el
cuerpo que el vestido? Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni
siegan, ni allegan en alfolíes; y vuestro Padre celestial las alimenta.
¿No sois vosotros mucho mejores que ellas? Mas ¿quién de vosotros
podrá, congojándose, añadir a su estatura un codo?” “Pues si no
podéis aun lo que es menos, ¿para qué estáis afanosos de lo demás?”
Sosteniendo ante ellos el lirio del campo con su hermosura y su
pureza, el Salvador continuó: “Reparad los lirios del campo, cómo
crecen; no trabajan ni hilan; mas os digo, que ni aun Salomón con
toda su gloria fue vestido así como uno de ellos. Y si la hierba del
campo que hoy es, y mañana es echada en el horno, Dios la viste
así, ¿no hará mucho más a vosotros, hombres de poca fc?
“No os congojéis pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué bebe-
remos, o con qué nos cubriremos? Porque los gentiles buscan todas
estas cosas: que vuestro Padre celestial sabe que de todas estas cosas
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habéis menester. Mas buscad primeramente el reino de Dios y su
justicia, y todas estas cosas os serán añadidas”.
Cristo enseña aquí una preciosa lección con respecto a su ser-
vicio. Cualesquiera sean las cosas que ocurran, él dice: “Servid a
Dios”. Cualesquiera sean los inconvenientes y las durezas con que
os encontréis, confiad en el Señor. No tenemos razón para afligirnos
y temer, si hacemos nuestra resolución en favor de la verdad, de que