Página 201 - El Evangelismo (1994)

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La predicación de las verdades distintivas
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luz para sacarlos del engaño, pero ellos rehúsan aceptar la Palabra de
Dios tal como está escrita. Aceptan, en cambio, el error y prefieren
las mentiras de Satanás antes que un “Así dice Jehová”. Y estos
abogados del error hacen que sea muy difícil que los que captan la
verdad la obedezcan.
Los ojos humanos ven únicamente hambre ante los que observan
el sábado.—
Manuscrito 19, 1894
.
Nunca producirá hambre
—Nunca necesita alguien temer que
la observancia del verdadero sábado dará por resultado el hambre.
Isaías 58:11, 12
;
Proverbios 7:2
;
Isaías 58:14
. Estas promesas
constituyen una respuesta suficiente a todas las excusas que el hom-
bre pueda inventar para rehusarse a guardar el sábado. Aun cuando,
después de comenzar a guardar la ley de Dios, parezca imposible
sostener a la familia, comprenda toda alma en duda que Dios ha
prometido cuidar de aquellos que obedecen sus mandamientos.—
Manuscrito 116, 1902
.
Se necesitan hombres valerosos
—Se requiere valor moral para
adoptar la posición en favor de la observancia de los mandamientos
del Señor. Un opositor de la verdad dijo cierta vez que únicamente
las personas de mente débil, necias e ignorantes se apartarían de las
iglesias para observar el séptimo día como día de reposo. Pero un
ministro que había aceptado la verdad replicó: “Si Ud. piensa que
la gente de mente débil hace esto, procure hacerlo Ud. mismo”. El
acto de colocarse en el lado impopular requiere valor moral, firme-
za, decisión, perseverancia y mucha oración. Estemos agradecidos
porque ahora podemos acudir a Cristo tal como antaño iban a él en
el templo los pobres y los dolientes...
Ud. no se ha atrevido a pisotear los mandamientos de Dios, y se
ha puesto en el lado de la verdad impopular, y ahora deje que los
resultados sean los que fueren. ¿Cree Ud. que el Salvador se alejará y
lo dejará luchar solo? No; nunca. Pero él nunca dijo a sus discípulos
que no experimentarían pruebas, que no tendrían que manifestar
abnegación ni realizar sacrificios. El Maestro fue varón de dolores,
experimentado en quebrantos. “Porque ya conocéis la gracia de
nuestro Señor Jesucristo, que por amor a vosotros se hizo pobre,
siendo rico, para que vosotros con su pobreza fueseis enriquecidos”.
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2 Corintios 8:9
. Damos gracias a Dios porque en su pobreza Ud.
puede llamar a Dios su Padre.