La predicación de las verdades distintivas
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dado para nuestro sustento los productos saludables y vitalizadores
de la tierra...
Muchos han perjudicado demasiado su cuerpo por haber descui-
dado las leyes de la vida, y tal vez nunca se recobren por completo
de los efectos de su descuido; pero aun así pueden arrepentirse y
convertirse. El hombre ha procurado ser más sabio que Dios. El mis-
mo ha hecho sus propias leyes. Pero Dios nos insta a prestar atención
a sus requerimientos y a no seguir deshonrándolo al impedir el creci-
miento de las aptitudes físicas, mentales y espirituales.—
Carta 135,
1902
.
La reforma pro salud debe ser progresiva y práctica
—El
Señor desea que nuestros predicadores, médicos y miembros de
la iglesia cuiden de no instar a aquellos que ignoran nuestra fe a
que hagan cambios repentinos en su régimen alimentario, lo cual
los pondría prematuramente a prueba. Sostened los principios de
la reforma higiénica, y dejad al Señor conducir a los sinceros de
corazón. Ellos oirán y creerán. Tampoco requiere el Señor que sus
mensajeros presenten las hermosas verdades del sano vivir de una
manera que cree prejuicios. No ponga nadie piedras de tropiezo ante
los pies que andan en las oscuras sendas de la ignorancia. Aun al
alabar una cosa buena, no es bueno ser demasiado entusiasta, por
temor a apartar del camino a quienes vienen a oír. Presentad los
principios de la temperancia en su forma más atractiva.
No debemos obrar con presunción. Los obreros que entran en
nuevo territorio para suscitar iglesias no deben crear dificultades
intentando dar preeminencia a la cuestión del régimen alimentario.
Deben cuidarse de no delinear demasiado estrictamente la conducta,
porque así se pondrían impedimentos en el camino de otros. No
arreéis a la gente; conducidla.
Dondequiera que se lleve la verdad, deben darse instrucciones
acerca de la preparación de alimentos sanos. Dios desea que en todo
lugar maestros hábiles enseñen a la gente a utilizar sabiamente los
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productos que puedan cosechar u obtener fácilmente en su comarca.
De este modo, se puede enseñar a los pobres como a los que están
en mejores circunstancias a vivir de una manera sana.—
Obreros
Evangélicos, 245, 246 (1915)
.
Mantenedla sobre el tapete
—La obra de la reforma pro salud
es el medio que el Señor utiliza para aminorar el sufrimiento en