Afirmemos el interés
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la fe donde contempléis a Jesús, el que lleva el pecado. Inducidlos
a desviar su mirada de sus propios seres pecaminosos dirigiéndola
hacia el Salvador, y la victoria será ganada.
El ministerio del Espíritu Santo que obra en el alma es nuestra
gran necesidad. El Espíritu es completamente divino en los ele-
mentos que utiliza y en su demostración. Dios desea que tengáis
dotes espirituales llenas de gracia; entonces trabajaréis con un poder
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que nunca antes conocisteis. El amor, la fe y la esperanza se harán
presentes en forma permanente. Podéis avanzar con fe, creyendo
que el Espíritu Santo os acompaña.—
Carta 77, 1895
.
El Espíritu Santo impresiona la verdad
—Es el Espíritu Santo
el que hace que la verdad sea impresionante. Mantened la verdad
práctica siempre delante de la gente.—
Testimonies for the Church
6:57 (1900)
.
Nuestras palabras y nuestra conducta influyen en la deci-
sión
—Cuando vi a esta congregación ayer, pensé: Las decisiones
han de venir después de esta reunión y durante la misma. Habrá
algunos que harán para siempre su resolución de seguir bajo el ne-
gro estandarte de los poderes de las tinieblas; algunos resolverán
seguir el estandarte ensangrentado del Príncipe Emanuel. Nuestras
palabras, nuestra conducta, la manera en que presentamos la verdad,
pueden inclinar a las gentes en favor o en contra de la verdad; y
necesitamos en todo discurso, sea o no doctrinal, que Jesucristo
sea presentado en forma definida, como Juan declaró: “He aquí el
Cordero de Dios que quita el pecado del mundo”.
Debe descartarse toda expresión aguda o cortante que hayáis
tenido alguna vez el hábito de emplear, ora se trate de hermanos
laicos o pastores; asimismo toda práctica de forzar a las personas
a adoptar las posiciones más difíciles, para las cuales no están más
preparadas que un infante para recibir manjar sólido. Debe condu-
cirse a la gente. Cristo debe estar entretejido en todo lo que sea
de carácter argumentativo, como la misma trama y urdimbre del
vestido. Cristo, Cristo, Cristo ha de estar en aquello por doquiera, y
mi corazón siente la necesidad de Cristo, me parece, como nunca
antes la ha sentido.
Aquí hay personas ignorantes; no saben nada acerca de la verdad;
han sido educadas por sus pastores en el sentido de que esto es así
y aquello es asá. Cuando la Palabra de Dios es explicada a los