Página 258 - El Evangelismo (1994)

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El Evangelismo
Con amante interés, deben enseñarles día tras día lo que significa ser
hijos de Dios y entregar la voluntad en obediencia a él. Enseñadles
que la obediencia a Dios entraña obediencia a los padres. Esta debe
ser una obra de cada día y hora. Padres, velad, velad y orad; y haced
de vuestros hijos vuestros compañeros.
Cuando llega el período más feliz de su vida, y en su corazón
aman a Jesús y desean ser bautizados, obrad fielmente con ellos.
Antes que reciban el rito, preguntadles si es su primer propósito en
la vida trabajar para Dios. Entonces explicadles cómo principiar.
Las primeras lecciones significan mucho. Con sencillez, enseñadles
a prestar su primer servicio a Dios. Presentadles esta obra de la
manera que haga más fácil su comprensión. Explicadles lo que
significa darse al Señor, hacer exactamente lo que su Palabra indica,
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bajo el consejo de padres cristianos.
Después de trabajar fielmente, si estáis convencidos de que vues-
tros hijos comprenden el significado de la conversión y el bautismo,
y de que son verdaderamente convertidos, sean bautizados. Pero,
repito, ante todo preparaos a vosotros mismos a fin de actuar como
fieles pastores para guiar sus pies inexpertos por la senda estrecha de
la obediencia. Dios debe obrar en los padres para que ellos puedan
dar a sus hijos un buen ejemplo de amor, cortesía y humildad cris-
tiana, y así de una entrega completa del yo a Cristo. Si consentís en
el bautismo de vuestros hijos y luego los dejáis hacer como quieren,
no sintiendo el deber especial de mantener sus pies en la senda recta,
vosotros mismos sois responsables si pierden la fe, el valor y el
interés en la verdad.—
Joyas de los Testimonios 2:391, 392 (1900)
.
La preparación de los jóvenes para el bautismo
—Los candi-
datos adultos deben comprender su deber mejor que los jóvenes;
pero el pastor de la iglesia tiene un deber que cumplir para con estas
almas. ¿Siguen ellos malas costumbres y prácticas? Es deber del
pastor tener reuniones especiales con ellos. Déles estudios bíblicos,
converse y ore con ellos, y muéstreles claramente lo que el Señor
requiere de ellos. Léales la enseñanza de la Biblia acerca de la con-
versión. Muéstreles cuál es el fruto de la conversión, la evidencia
de que aman a Dios. Muéstreles que la verdadera conversión es
un cambio de corazón, de pensamientos y propósitos. Han de re-
nunciar a las malas costumbres. Han de desechar los pecados de
la maledicencia, los celos y la desobediencia. Deben sostener una