Página 261 - El Evangelismo (1994)

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Afirmemos el interés
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despreciable, ni ponerse al nivel de las cosas comunes. Es necesa-
rio enseñar a nuestras iglesias a tener mayor respeto y reverencia
por el sagrado servicio de Dios. Mientras los predicadores dirigen
los servicios relacionados con el culto de Dios, están educando y
preparando a la gente. Los pequeños actos que educan, preparan y
disciplinan el alma para la eternidad son de vastas consecuencias
para elevar y santificar a la iglesia.
En toda iglesia debe haber mantos bautismales para los candida-
tos. Esto no debe considerarse como un desembolso innecesario. Es
una de las cosas requeridas para acatar la orden: “Empero, hágase
todo decentemente y con orden”.
1 Corintios 14:40
.
No es bueno que una iglesia dependa de mantos prestados por
otra. Con frecuencia, cuando se necesitan, no se pueden encontrar,
por no haberlos devuelto alguien que los pidió prestados. Cada
iglesia debe proveer para sus propias necesidades al respecto. Créese
un fondo con este fin. Si toda la iglesia participa en el gasto, no
resultará una carga pesada.
Los mantos bautismales deben ser hechos de buen género, de
algún color oscuro que el agua no perjudique, y llevar pesos en la
parte inferior. Sean vestiduras limpias, de buen corte, y hechas según
un modelo aprobado. No debe intentarse adornarlas, ni ponérseles
pliegues. Toda ostentación, sea de adorno u otra cosa, queda com-
pletamente fuera de lugar. Cuando los candidatos se compenetren de
lo que significa el rito, no desearán adornos personales. Nada debe
haber, sin embargo, que sea desmañado o feo, pues ofendería a Dios.
Todo lo relacionado con este santo rito debe revelar una prepara-
ción tan perfecta como se pueda hacerla.—
Joyas de los Testimonios
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2:395, 396 (1900)
.
Un servicio bautismal impresionante
—La predicación evan-
gélica efectuada en Oakland ha dado como fruto la salvación de
preciosas almas. El domingo 16 de diciembre, en la mañana, asistí a
un servicio bautismal realizado en Piedmond Baths, 32 catecúmenos
fueron sepultados con su Señor en el bautismo, y se levantaron para
andar en novedad de vida. Esta fue una escena que los ángeles de
Dios presenciaron con gozo... Todo el servicio fue muy impresio-
nante. No hubo confusión, y ocasionalmente se entonó un canto de
alabanza o se repitió un versículo.—
Manuscrito 105, 1906
.