La confirmación y retención de los nuevos conversos
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lugar donde él está y dice que el interés no ha disminuido.—
Carta
27, 1897
.
El desarrollo de un interés creado
—Los obreros que pueden
venir a trabajar después de haber sido creado el interés, pueden ser
hombres que tengan aún menos habilidad que los que han comenza-
do la obra; pero si son humildes hombres de Dios, pueden presentar
la verdad de una manera tal que despierte e impresione los corazo-
nes de algunos que hasta ese momento no habían sido tocados. El
Señor revela la verdad a mentes distintas con aspectos diferentes, de
manera que por la presentación que hace un hombre de algún punto
de la verdad, ésta resulta más aclarada que por la presentación de
otro hombre, y por esta misma razón el Señor no permite que un solo
hombre tenga a su cargo la obra de tratar con las mentes humanas...
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Uno puede realizar su parte del trabajo hasta donde le es posible,
y entonces el Señor enviará a otro de sus obreros para hacer otra
parte de la obra, que el primer obrero pensó que no era necesario
efectuar, y que sin embargo era esencial para que la obra se realizara.
Por lo tanto, nadie piense que es su deber comenzar y llevar adelante
una obra enteramente por sí mismo. Siendo posible que el Señor
tenga otros dones en otros obreros que trabajen por la conversión de
las almas, coopere gustosamente con los demás.—
Manuscrito 21,
1894
.
Instrúyase cabalmente a los nuevos conversos
—Nuestros es-
fuerzos no han de cesar porque las reuniones públicas hayan sido
suspendidas por un tiempo. Durante todo el tiempo que haya intere-
sados, debemos dar a éstos la oportunidad de aprender la verdad. Y
los nuevos conversos necesitarán ser instruidos por fieles maestros
de la Palabra de Dios, para que aumenten en conocimiento y en amor
a la verdad, y crezcan hasta la plena estatura de hombres y mujeres
en Cristo Jesús. Deben estar ahora rodeados por las influencias más
favorables al crecimiento espiritual.—
The Review and Herald, 14
de febrero de 1907
.
Desarrollad los talentos locales
—Haced la obra de evangelis-
ta: regad y cultivad la semilla sembrada. Cuando se ha levantado
una nueva iglesia, ésta no debe dejarse sin ayuda. El pastor debe
desarrollar los talentos de la iglesia, para que las reuniones puedan
continuar realizándose con provecho. A Timoteo se le ordenó ir de
una iglesia a otra como alguien que debía hacer esta clase de obra y