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El Evangelismo
Apresurad la obra
—Mientras considero las condiciones rei-
nantes en las ciudades, que tan manifiestamente se hallan bajo el
poder de Satanás, me hago la pregunta: ¿Cuál será el fin de estas
cosas? La maldad en muchas ciudades está creciendo. El crimen y
la iniquidad dominan por doquiera. Nuevas especies de idolatría se
introducen continuamente en la sociedad. En toda nación, la mente
de los hombres es atraída por la invención de alguna cosa nueva.
La temeridad en los hechos y la confusión de los pensamientos au-
mentan en todas partes. Ciertamente las ciudades de la tierra están
llegando a ser como Sodoma y Gomorra.
Como pueblo, necesitamos acelerar la obra en las ciudades, que
ha sido obstaculizada por la falta de obreros, medios y espíritu de
consagración. En este tiempo, el pueblo de Dios necesita volver el
corazón plenamente a él, pues el fin de todas las cosas está cerca. Ne-
cesitan humillar sus mentes, y estar atentos a la voluntad del Señor,
trabajando con fervoroso deseo, en aquello que Dios ha mostrado
que debe ser hecho, a fin de amonestar a las ciudades con respecto a
su ruina inminente.—
The Review and Herald, 25 de enero de 1912
.
Dificultades crecientes
Avancemos con esfuerzo creciente
—Estamos acercándonos al
gran conflicto final. Todo movimiento de avance que se efectúe ahora
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debe ser hecho con esfuerzo creciente; pues Satanás está obrando
con todo su poder para aumentar las dificultades de nuestro camino.
El trabaja con todo engaño de iniquidad para asegurar las almas
de los hombres. Se me ha encargado que diga a los ministros del
Evangelio y a nuestros médicos misioneros: Avanzad. La obra que
debe hacerse exige abnegación a cada paso, pero avanzad.—
Carta
38, 1908
.
No hay tiempo que perder
—No tenemos tiempo que perder.
El fin está cerca. El viajar de lugar en lugar para difundir la verdad
quedará pronto rodeado de peligros a diestra y siniestra. Se pondra
todo obstáculo en el camino de los mensajeros del Señor, para que
no puedan hacer lo que les es posible hacer ahora. Debemos mirar
bien de frente nuestra obra y avanzar tan rápidamente como sea
posible en una guerra agresiva. Por la luz que Dios me ha dado,
sé que las potestades de las tinieblas están obrando con intensa