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El Evangelismo
deben ser impresionados con su gran necesidad de poseer un mayor
conocimiento de la Biblia. Hay que realizar un penoso esfuerzo para
afirmar en las mentes de todos los sôlidos argumentos de la verdad,
porque cada uno será probado, y los que estén arraigados y fundados
en la obra de Dios quedarán inconmovibles frente a las herejías que
surgirán en todas partes; pero los que se descuiden y no obtengan
la preparación necesaria, serán barridos por los errores que tengan
apariencia de verdad.—
Gospel Workers, 228, 229 (1892)
.
Confusiones de Babilonia y del anticristo
—Es nuestro deber
individual andar humildemente con Dios. No hemos de buscar algún
mensaje extraño y nuevo. No hemos de pensar que los escogidos
de Dios que están tratando de andar en la luz, componen Babilonia.
Las iglesias caídas son Babilonia. Babilonia ha estado promoviendo
doctrinas venenosas, el vino del error. Este vino del error se compone
de falsas doctrinas, tales como la inmortalidad natural del alma, el
tormento eterno de los malos, la negación de la preexistencia de
Cristo antes de su nacimiento en Belén, y la defensa y exaltación
del primer día de la semana por encima del día santificado por Dios.
Estos errores y otros por el estilo, son presentados al mundo por las
diversas iglesias...
Los ángeles caídos se confederan en la tierra con hombres malos.
En esta época el anticristo aparecerá como el verdadero Cristo, y
entonces la ley de Dios será totalmente anulada entre las naciones
de nuestro mundo. La rebelión contra la santa ley de Dios estará
completamente madura. Pero el verdadero director de esta rebelión
es Satanás, vestido de ángel de luz. Los hombres serán engañados y
lo exaltarán al lugar de Dios, deificándolo.—
The Review and Herald,
12 de septiembre de 1893
.
Los creyentes han de continuar escudriñando las Escritu-
ras
—No es suficiente leer tan sólo, sino que la Palabra de Dios debe
entrar en nuestros corazones y en nuestra comprensión, a fin de que
nos establezcamos en la bendita verdad. Si descuidamos el escudri-
ñamiento de las Escrituras por nosotros mismos, para saber qué es la
verdad, y somos entonces desviados, nosotros somos responsables
de ello. Debemos investigar las Escrituras cuidadosamente, de ma-
nera que conozcamos toda condición que el Señor nos ha dado; y si
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tenemos mentes de capacidad limitada, investigando con diligencia
la Palabra de Dios podemos llegar a ser poderosos en las Escrituras,